El centenario grupo familiar analiza operaciones dentro y fuera de España. En 2011 prevé crecer en ingresos y ebitda, así como en el porcentaje de negocio que obtiene fuera de España. China y EEUU, principales apuestas a futuro.
El toro de Osborne, icono de las carreteras españolas que ha dado este año el salto fuera de la España peninsular a Melilla, estudia ya operaciones para crecer en el exterior a través de su rama de bebidas espirituosas (de alta graduación alcohólica). La centenaria compañía familiar gaditana, que tiene desde 2000 como emblema al toro diseñado en 1956, analiza de forma proactiva, según su presidente, Tomás Osborne, posibles alianzas tanto en España como en mercados estratégicos para el grupo como Alemania o México (donde ya tuvo una alianza con Tequila Herradura para este país y EEUU, que acabó deshaciendo en 2004).
Osborne produce vino -en varias DO de España- y brandy de Jerez, así como productos del cerdo ibérico a través de su filial onubense Sánchez Romero Carvajal (bajo las marcas 5J, Noblanza y SRC). En los últimos años se ha concentrado en ambos segmentos tras ir deshaciendo las alianzas que tenía con la lusa Compal (en zumos) y con Solán de Cabras (en agua, vendida a Mahou en febrero pasado, lo que supuso también la salida de la familia Pozo del capital de Osborne).
Fortaleza financiera
Osborne, de 62 años y miembro de la sexta generación de la familia propietaria de la compañía, tiene claro que la plataforma para crecer en el exterior es el brandy y el vino, "y a partir de ahí puede abrirse la opción de llegar con los ibéricos". Los ingresos exteriores representaron el 20 por ciento del total de 248 millones obtenido en 2010 (cierra su año fiscal en enero), porcentaje que crecerá este año. "Estaría encantado de que llegara al 30 por ciento, aunque el consumidor español no se está comportando mal con nosotros en este año dificilísimo", asegura. Junto a los mercados citados, el directivo tiene a China y EEUU como vectores clave a futuro, especialmente para exportar jamón ibérico en forma de loncheado.
Esas posibles alianzas pueden incluir el intercambio de participación accionarial con los socios, "siempre que conservemos el 51 por ciento del grupo y el control de la gestión", puntualiza el directivo. La capacidad financiera de hacer compras o acometer inversiones conjuntas junto a un posible socio procede justamente de la venta de Solán de Cabras por 136 millones, de los que 75 se destinaron a reducir deuda, hasta situarla en algo más de 100 millones de euros, todo a largo plazo. "Ahora tenemos unos ratios de deuda/ebitda bajos y un negocio saneado tanto en bebida como en ibéricos", añade Osborne. El endeudamiento representa tres veces el ebitda de 2010 -35 millones-.
Para el actual ejercicio, "Osborne va a mejorar claramente su cifra de negocio y su ebitda respecto a 2011, en términos comparables". Es decir, sin Solán de Cabras, que el pasado año aportó alrededor de 25 millones de euros en ingresos. Osborne superaría, según esta estimación, los 225 millones.
406 millones
Es el valor del Grupo Osborne, según el precio que la propia empresa fijó para el 15 por ciento que controlaba la familia Pozo al recomprárselo este año por 61 millones. Más de dos tercios del negocio de la compañía proceden del vino y el brandy -donde es líder absoluto tras adquirir varias marcas a Pernod Ricard en 2008-. El tercio restante, del cerdo ibérico.