Europa nos da la herramienta para que desde este privilegiado punto de la geografía marítima mundial podamos jugar con las mismas reglas que los demás
El miércoles 19 de octubre nos tomábamos el aperitivo con una de las noticias más esperadas en la Bahía de Algeciras: la inclusión del tramo ferroviario para mercancías Algeciras-Madrid en el denominado Eje 3 "Corredor Mediterráneo", uno de los diez que integrarán la red básica de transportes europea. El Eje 3 es exactamente lo que habíamos venido defendiendo los agentes económicos y sociales de la Bahía de Algeciras, pues así nos lo pedían las multinacionales que operan tanto en el primer puerto de España en volumen de actividad como en el segundo polo industrial del país. Entre estas empresas también se encuentran compañías asiáticas, que desde hace algo más de un año ya desarrollan su actividad en la ampliación del Puerto de Algeciras, en Isla Verde Exterior, en donde se ha llevado a cabo la primera inversión en terminales de una naviera asiática, la surcoreana Hanjin, en territorio español. Se trata, además, de la primera terminal de contenedores semiautomática del Mediterráneo.
No es sólo Hanjin la que ha puesto un pie en Algeciras. De la mano de Hanjin han venido también un grupo de navieras asiáticas ávidas por penetrar en el continente europeo por el único puerto español que puede ofertar lo que se conoce como zero deviation. El Puerto de Algeciras canaliza, además, el 54% del comercio que mantiene España con Marruecos, mercancía de importación y exportación que utiliza el puente marítimo del Estrecho. Mientras, las industrias ubicadas al norte de la Bahía siguen exportando a Europa, por carretera, buena parte de su enorme producción. Y, por supuesto, no podemos olvidar el transbordo, denostado por algunos y envidiado por la mayoría.
Pero ahora sí, a la espera del proceso de codecisión y de que se ejecuten las inversiones en los plazos establecidos, Europa nos da la herramienta para que desde este privilegiado punto de la geografía marítima mundial podamos jugar con las mismas reglas que los demás. Nuestras empresas serán más competitivas, surgirán nuevas posibilidades de negocio y el futuro será sencillamente impresionante.