
Eugenio Martínez de Ubago, presidente y propietario de la mayoría, vende su participación al resto de socios y retiene el negocio de bacalao congelado para iniciar nuevos negocios a escala internacional.
Ochenta años de actividad y cuatro generaciones de la familia Ubago han acabado abruptamente su relación con la firma conservera andaluza del mismo nombre, fundada en Málaga por esta familia. El grupo, que venía siendo interproveedor de Mercadona y que obtiene de este cliente 3 de cada cuatro euros en ingresos, se ha escindido en dos por las diferentes visiones de negocio que poseen su hasta ahora presidente y primer accionistas, Eugenio Martínez de Ubago, y el resto de socios.
El hasta ahora miembro de control ha traspasado al resto de socios -la inmobiliaria Inversiones Delany, José Luis Roselló, Andrés Espinosa y Andrés Rivera- el 51 por ciento del capital que controlaba a cambio de quedarse con el negocio de bacalao de Ubago y de una cantidad económica no desvelada. Todos los accionistas de la empresa emitieron ayer un comunicado para recalcar que la solución se había alcanzado por acuerdo entre ellos.
La consecuencia más inmediata ha sido que Mercadona ha rescindido el contrato que mantenía con Ubago y que le catalogaba como interproveedor (el rango más alto del que goza un suministrador de la cadena). Será a partir de ahora proveedor, con un periodo de tres años para facilitar el desenganche de Mercadona y la búsqueda de nuevos clientes que asuman parte del negocio que la conservera tiene ahora con el grupo de distribución valenciano.
No obstante, más allá de esos tres años, Ubago y Mercadona prevén mantener su relación comercial. Por su parte, la nueva empresa de Eugenio Martínez de Ubago asume desde el primer momento igualmente el papel de proveedor del grupo de distribución español.
Ubago facturó 108 millones de euros en 2009, últimos datos disponibles en el registro mercantil, de los que el 75 por ciento procede de Mercadona. La sociedad ha invertido en sus cuatro instalaciones productivas de Málaga -tiene su sede central en el PTA de esta localidad- y Cádiz en torno a 50 millones en los ultimos años para ir creciendo y adaptándose a las necesidades de su mayor comprador. También tiene presencia en Marruecos, junto a un socio, y en Perú.
El nuevo presidente de Ubago, Felipe Fernández (en representación de Inversiones Delany), prevé mantener las instalaciones y puestos de trabajo (1.200 a cierre de 2010) tras esta 'revolución' corporativa y comercial.
Fuentes cercanas a la empresa señalaron a elEconomista que el último miembro de la familia Ubago que ha dirigido la empresa considera que ya ha cumplido su tiempo en la empresa y podría iniciar una nueva etapa con el negocio del bacalao (que ha venido suponiendo el 15 por ciento de los ingresos de Ubago) con un probable componente internacional incluido. El grupo ya vendió hace un par de años su división mejillonera al grupo aragonés Caladero.