Andalucía

Periodismo esencial

Por José Luis Losa

Nunca he sido especialmente corporativista. En este sector, como en todos, hay buenos y malos profesionales. Sin embargo, tengo claro que la inmensa mayoría son personas comprometidas. No son periodistas que quieren influir en los Gobiernos o decirles directamente lo que deben hacer (que los hay); no son periodistas que quieren conocer "famosos" o incluso serlo ellos mismos (que los hay); no son periodistas que hagan noticias para tener "clicks" o "likes" (que los hay). Son profesionales con una clara vocación de servicio público (muchos en empresas privadas) por informar de aquello que creen que es útil y de interés general, lo que les obliga a meterse en todos los charcos, a visitar esos lugares que nadie desea para poder contarlo, a recibir presiones e incomprensiones, a hacer las preguntas que nadie quiere escuchar, especialmente los políticos, a contrastar versiones y a realizar juicios rápidos para buscar la verdad.

Estos días he visto a muchos compañeros olvidarse de sus propios miedos personales y familiares para redoblar sus esfuerzos (bien en la calle o bien desde casa) e informar de forma clara, útil y didáctica a los españoles en un momento absolutamente excepcional. También hay algún caso vergonzoso de búsqueda de notoriedad, pero eso no empaña a la inmensa mayoría de los periodistas, al igual que tampoco las personas que se han ido a la playa representan a la mayoría de los españoles, con una actitud cívica ejemplar.

Todos vamos a sacar muchas lecciones de esta crisis, y una de ella será también aprender de qué medios o periodistas se puede y debe uno fiar y de cuáles no. Las últimas semanas he recibido decenas de whatsapps de amigos o familiares que me preguntaban por mensajes escritos, de audio o incluso videos para saber si eran bulos.

Lógicamente, los he atendido todos (en algunos casos dedicando un buen rato), pero también les preguntaba por qué no lo contrastaban ellos mismos. "Es que a ti te es fácil, porque te dedicas a esto", respondían. Eso es verdad. También al cerrajero le es fácil arreglarme la puerta en cinco minutos y me cobra 150 euros por ello. Es decir, todos reconocen que esto requiere un oficio, un trabajo y una responsabilidad, pero seguimos sin querer pagar por ello, pensando que la información es algo que circula gratis por la tele, la radio o internet. Puede que sí, pero vivimos en un mundo dominado por la sobreinformación y por el ruido mediático (cuando no por las noticias falsas) y, frente a ellos, creo que siempre será mejor pagar a esos profesionales que me criban, analizan, priorizan y sirven aquella información que yo necesito saber para mi día a día.

Hablo de información y no de opinión, porque los españoles terminan comprando el periódico (o escuchando la radio o TV) que se acerca más a sus ideas. Es decir, no buscan la verdad o contrastar opiniones, sino argumentos que le reafirmen en las suyas propias.

Por todo esto, me ha dado mucho que pensar que el Gobierno haya incluido a los periodistas como actividad esencial para el país en un Estado de Alarma. Quizá eso les quite el complejo a algunos compañeros que quieren ser famosos como los "influencers", "youtubers", "instagramers", etc. A mí me basta con saber que hago una labor que me llena y que ayuda a esta sociedad.

José Luis Losa

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