Andalucía

Smart AG Services: colaboración para innovar en el campo

Por Nathalie Chavrier. Responsable técnico del sector Agroalimentario en Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA)

Pese a la proliferación de soluciones de agricultura y ganadería de precisión, el nivel de adopción y comercialización de estas herramientas que llevan las TIC al campo todavía es más bajo de lo esperado. En gran medida, se debe a que muchas de estas soluciones son parciales, no tienen en cuenta la totalidad de necesidades del usuario y, además, no se desarrollan con previsión para que resulten compatibles e integrables en otros sistemas. La utilización de un modelo colaborativo para desarrollar soluciones de agricultura de precisión resolvería en gran medida estas barreras y el proyecto Smart AG Services es un ejemplo de ello.

Se trata de un grupo operativo integrado por los grupos de desarrollo rural Campiña-Los Alcores y Gran Vega de Sevilla, Asaja-Sevilla y las universidades de Sevilla y Córdoba a través del grupo de investigación AGR-278 Smart Biosystems Laboratory, y cuenta con la colaboración de CTA en las labores de transferencia de los resultados. De esta forma, aglutina asociaciones de carácter agroalimentario, sector privado y sector investigador y tecnológico en un modelo colaborativo que se ha probado, además, en fincas de agricultores de cooperativas de Écija (maíz), Lora del Río (cítricos) y Carmona (cereales).

El proyecto ha desarrollado, para el riego, herramientas que integran tecnologías como las imágenes satelitales, las redes de sensores inalámbricos, telemetría, mecatrónica y computación en la nube (cloud), mientras que para la fertilización ha desarrollado herramientas que integran tecnologías como GNSS (Global Navigation Satellite System), aplicación variable de insumos (VRT), mapas de rendimiento e imágenes provenientes tanto de drones como de satélites.

Las herramientas desarrolladas permitirán una gestión más eficiente del riego y la fertilización, con ahorros de hasta el 15% de agua y abono, lo que reducirá la contaminación y disminuirá hasta en un 20% los costes para los agricultores. Además, la información recabada y su tratamiento ayudará a los agricultores a tomar mejores decisiones sobre qué cultivar y sobre el momento y lugar más apropiado para la siembra.

Una de las actividades finales del proyecto ha sido precisamente una jornada de transferencia de los resultados que, bajo el nombre de Hacia una agricultura digital y celebrada en el Centro Guadiamar de Asaja-Sevilla, ha creado un espacio de discusión en el que participaron todos los actores implicados, desde los agricultores a las empresas proveedoras de tecnología, pasando por los investigadores. Una de las conclusiones preeminentes del encuentro es que un modelo colaborativo es fundamental para que este tipo de innovaciones se implanten definitivamente en el campo.

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