Ahorro Energético

La Antártida se calienta un poco más y se enfría un poco menos

Imagen en la que se reflejan los dos casquetes polares

La botella medio llena o medio vacía. Depende del punto de vista. Si usted echa un vistazo a esta imagen, puede comprender que la parte más occidental del continente antártico está más caliente -así lo índica el color rojo de la fotografía- que la parte oriental, por otra parte muchísimo más extensa, desconocida e inhóspita. Allí se ha registrado un enfriamiento progresivo.

¿En tiempos de calentamiento global? Los pesimistas argumentan, no sin razón, que la Antártida se ha calentado más que enfriado, en términos globales. Los datos del satélite así lo demuestran en un estudio que publica la revista Nature. La temperatura media en el casquete occidental ha aumentado una décima de grado cada diez años en el último medio siglo, de acuerdo con los datos. Pero también es cierto que en algunas zonas del casquete oriental, la temperatura media incluso ha descendido.

Eric Steig, profesor de ciencias de la Tierra y el Espacio de la Universidad de Washington y uno de los autores del estudio, recalca las diferencias entre estas dos zonas antárticas. "El casquete occidental es un lugar muy diferente del oriental. Los dos están separados por una cadena montañosa, las montañas trasantárticas". Mientras que en el occidental la elevación a nivel del mar es de unos 1.828 metros, la parte oriental está casi al doble de elevación, a unos 3.000 metros sobre el nivel del mar, lo que la hace más fría. También es un desierto helado y muy seco, todo lo contrario que la parte occidental, azotada por tempestades y tormentas de nieve.

Pero esa elevación de una décima de grado no se corresponde equitativamente con un enfriamiento similar en el lado oriental. Las nuevas estimaciones de temperatura las han proporcionado los satélites y vienen a colocar un poco las cosas en su sitio.

¿Dónde están los otros 25 años?

"La gente hacía los cálculos de cabeza, en vez de acudir a las matemáticas", ha indicado Steig. "Nosotros hemos hecho las interpolaciones cuidadosas, no las cuentas en un sobre de papel".

Claro que estas cuentas no pueden basarse, desde luego, en medio siglo de observaciones de satélites desde el espacio. Simplemente porque sólo se disponen de datos de temperatura de todo el continente -en base a la cantidad de radiación infrarroja o calor que desprende la nieve y la superficie helada- de los últimos 25 años, el tiempo que los satélites vienen vigilando la Antártida ¿Y donde están los otros 25 años? Son las estaciones meteorológicas las que han rellenado este hueco.

Ahora bien, estas estaciones se encuentran en el casquete occidental, cerca de la costa, todas muy juntitas. Y como admite el estudio, son icapaces de medir las temperaturas del interior del continente antártico, y mucho menos de su casquete oriental. ¿Conclusión? Los satélites cuentan una parte de la historia, pero no toda la historia. "No se puede acudir a una explicación sencilla, ya que no se captura la complejidad del clima", admite Steig.

"Lo que uno oye todo el rato es que la Antártida se está enfriando, pero eso no es así. Es justo al contrario, pero es más complejo de lo que parece. La Antártida no se está calentando al mismo ritmo en todos los lugares. Y aunque hay algunas zonas que se están enfriando, la evidencia muestra que en general todo el continente se está calentando".

¿Por qué el casquete oriental se enfría?

Otra contradicción sorprendente. ¿Por qué el casquete oriental se enfría? Steig da una explicación y culpa al agujero de ozono. La ciencia ha establecido que el famoso agujero tiene un efecto nevera que se circunscribe a esta zona del continente blanco. En realidad, se ha venido asumiendo que el agujero de ozono -que deja pasar la radiación ultravioleta, dañina para la vida- afectaba a toda la Antártida. Ahora eso no es así.

Pero la paradoja es que, si logramos cerrar el agujero a mediados de este siglo, gracias a la prohibición de los CFC, ese "efecto nevera" dejará de operar sobre la parte oriental, con lo que todo el continente "se calentará a la par que el resto del mundo", según este experto.

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