La deforestación, la caza y otras actividades humanas amenazan seriamente a las selvas tropicales, cuya protección es esencial para luchar contra el calentamiento global y para preservar la biodiversidad terrestre.
"Estoy muy preocupado por la situación de las selvas tropicales debido a su elevado nivel de destrucción", explicó a William Laurance, un científico del instituto de investigación tropical Smithsonian en Panamá.
Cada minuto desaparece un área de selva virgen equivalente a cincuenta campos de fútbol y esta deforestación se produce en un contexto de cambios medioambientales, calentamiento global, fragmentación a gran escala del hábitat natural tropical y modificación de la pluviosidad en los trópicos, prosiguió el experto. Laurance es autor de uno de los informes presentados en Washington organizado por el Museo Nacional Smithsonian de Historia Natural, dedicado a estudiar las amenazas a las selvas tropicales.
La deforestación tropical es responsable de cerca del 20% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, según los científicos. Laurance cita además, entre otras amenazas, la caza intensiva y la emergencia -a causa de la deforestación- de nuevos patógenos.
"Tenemos hoy en día una sinergia de amenazas distintas", explicó. Si la mitad de los aproximadamente 20 millones de kilómetros cuadrados de selvas tropicales que cubrían inicialmente el planeta actualmente han desaparecido, 350.000 Km2 (o 1,7%) de las superficies boscosas están en vías de reconstituirse, destacó por su lado Greg Asner, del instituto Carnegie.
A su modo de ver y de otros expertos menos pesimistas, este fenómeno, que resulta sobre todo tras el abandono de cultivos por pequeños agricultores que emigran a negocios más rentables, puede tener un impacto importante para contrapesar la deforestación tropical.
Además la selva se reconstituye rápidamente: hacen falta sólo 20 años para que 50% de la biomasa original vuelva a la normalidad, según los expertos.