
Greenpeace considera que 2008 ha sido "un año perdido" para el medio ambiente en España, afirmando que el cambio de ministra y la reunión en una misma cartera de las competencias de medio ambiente, agricultura y pesca han supuesto "un frenazo en seco" para las políticas ecologistas iniciadas en la legislatura anterior.
"Éste ha sido un año perdido para el medio ambiente. Demandamos a José Luis Rodríguez Zapatero un giro de 180 grados en su política, y que el medio ambiente recupere un papel central en su acción de gobierno", afirmó el director de Greenpeace en España, Juan López Uralde.
Aunque reconoce aspectos positivos del pasado año, como la prohibición de las bombas de racimo, la continuación en el desarrollo de la energía eólica y la paralización de varios proyectos urbanísticos agresivos con el medio ambiente, la ONG denuncia una larga serie de deficiencias.
Las tareas pendientes
Entre sus críticas destaca el que no se haya presentado un Plan de Cierre de las centrales nucleares, un tema por el que protestó el mes pasado bloqueando la entrada de la central nuclear de Garoña, en Burgos.
Otros aspectos negativos, a juicio de la agrupación, son el decreto aprobado por el Gobierno que limita la cantidad de potencia solar fotovoltaica que puede instalarse cada año o la paralización de la Estrategia de Sostenibilidad de Costas, que tiene su ejemplo emblemático en el hotel de El Algarrobico en la costa almeriense, y que aún no se ha demolido.
La organización apunta también a la proliferación de cultivos transgénicos, la proposición de realizar un trasvase del Tajo al Segura y que España "ha sido de los que más ha presionado para debilitar algunos contenidos fundamentales del paquete energético europeo y de la Directiva de reducción de emisiones de los vehículos".
Los retos para el próximo año
Para 2009, Greenpeace anima al Gobierno a afrontar "con valentía política" la cumbre sobre cambio climático de Copenhague.
"Estaremos ante un momento histórico en el que habrá que apostar por reducciones más ambiciosas que las aprobadas en la cumbre de Poznan de este año y que, en ningún caso, deberán ser inferiores al 30% en 2020", afirmó la organización, añadiendo que ello supone una apuesta por las energías renovables y el abandono de la energía nuclear y los combustibles fósiles.