Ágora

La crisis nos puede enseñar a ahorrar

La tasa de ahorro de los hogares e instituciones sin fines de lucro se elevó al 18,8% de su renta disponible en 2009 y con el último dato disponible, correspondiente al último trimestre de 2009, alcanzó el 24,7%, su valor máximo trimestral hasta la fecha. Estas cifras no corresponden a ningún país del norte de Europa, históricamente más ahorradores. Se refieren a las familias españolas.

La crisis de los últimos tres años ha conseguido que los españoles, bien para reducir su endeudamiento, bien por miedo a perder su trabajo, ahorren más. Sin embargo, la pregunta clave es ¿hacia dónde va el ahorro? Para contestar a esta cuestión y también para tratar de entender cómo concienciar al ciudadano español de la importancia de ahorrar, el Economista y Criteria celebraron hace unos días un Observatorio Financiero bajo el título El Ahorro Financiero de los Españoles.

En un principio, en un contexto en el que todos, analistas y empresarios, coinciden en la necesidad de promover el consumo como principal pilar de crecimiento económico, se podría pensar que el hecho de que las familias españolas destinen 25 de cada 100 euros al ahorro podría ser algo contraproducente.

Sin embargo, según explica Juan Antonio Maroto, catedrático de economía financiera de la Universidad Complutense de Madrid, "el ahorro económico es bueno, ya que es el crecimiento del mañana y el empleo de pasado mañana". Y ese futuro, contra lo que se pudiera pensar en un principio, no está tan lejano. De hecho, Mariano Rabadán, presidente de Inverco, incide en que, además del ahorro para reducir el apalancamiento "hay mucho ahorro precaución e incluso mucho se traslada al consumo de necesidad".

Sin embargo, lo importante no es tanto ahorrar sino gestionar el ahorro. Y ahí los españoles seguimos teniendo una asignatura pendiente. El hecho de que haya aumentado tanto la tasa de ahorro entre las familias españolas no se debe tanto a que los españoles han tomado una mayor conciencia del ahorro sino a que, como explica Borja Durán, presidente de CFA España y director general de Wealth Solutions, "los ingresos son menores y esto explica que el ahorro sobre la renta disponible aumente".

Con todo, el mayor reto al que se enfrentan los agentes financieros no es tanto que se incremente el ahorro, sino que éste se destine a activos financieros. De momento lo que se ha conseguido es que la cuenta de los españoles cambie. "Antes se hacía ingresos-consumo= ahorro, ahora es ingresos-ahorro=consumo", afirma Enrique Borrajeros, presidente del Comité de comunicación de EFPA España.

El futuro del depósito al 4%

Rabadán da las cifras: ahora el 40% del ahorro financiero de las familias (el que se destina a activos financieros) se encuentra en depósitos, frente al 15% que está en seguros y planes de pensiones o al 8% que se atesoran los fondos de inversión. Pero lo más preocupante es lo poco que destinan los españoles al ahorro a largo plazo, conocido como ahorro previsión.

"Los europeos destinan de media el 33% del ahorro financiero a planes de pensiones y nosotros, los españoles, la mitad. El problema es que pensamos en el presente y en el futuro más inmediato, pero no en el futuro a largo plazo", recalca el presidente de Inverco.

Buena parte de la explicación de que los españoles acudan masivamente a estos productos es la agresiva campaña que han llevado a cabo algunas entidades, ofreciendo depósitos al 4%. Una práctica que tiene sus defensores pero también sus detractores. "No tiene sentido que haya entidades dando depósitos al 4% y al día siguiente estén en quiebra técnica", afirma Alberto Rodríguez-Fraile, presidente de A&G.

"El problema es que la guerra del depósito despista mucho al inversor pero la culpa no es de él, sino del asesor", asegura Enrique Borrajeros.

Sin embargo, este experto también reconoce que existe cierta ósmosis entre la industria de fondos y los depósitos. Un punto de vista que comparte con el presidente de Inverco. "Creo que hemos devuelto a los bancos lo que antes les habíamos quitado", afirma Rabadán.

Pero siempre puede darse la vuelta a la tortilla y de hecho, así lo defiende Rabadán: "Estas campañas están terminadas", afirma. Aunque no todos ven ese fin tan cerca. "No creo que la guerra de depósitos finalice hasta que en España haya un sistema más racional y concentrado", asegura Guillermo Hermida, director de inversiones de Invercaixa.

¿Ha valido la Mifid para algo?

La guerra del pasivo no es lo único que puede explicar la falta de interés hacia una gestión eficaz del ahorro. Uno de los problemas es que muchos asesores financieros tienen conflicto de interés porque deben colocar los productos de su banco. Defiende en esta idea Guillermo Galey, director en la sucursal en España de Saxo Bank. "Los asesores son comerciales y lo que hacen es vender el producto que hay que vender. Todos debemos entonar el mea culpa", afirma.

Para evitar esta situación surgió precisamente la Mifid. Una iniciativa europea que, aunque algunos creen que protege más a las entidades que a los clientes ("hay mucha gente que firma Mifid pero que no es consciente de lo que está firmando", asegura Galey), es el primer paso para diferenciar la labor comercial de la de los asesores. La formación, tanto de los clientes como de los propios trabajadores de la industria, es, sin embargo, la clave. "Se ha avanzado mucho en formación en oficinas", afirma Víctor Allende, director de desarrollo de negocio, banca privada y personal de La Caixa. Sobre este tema Borja Durán apunta: "Si queremos mejorar el asesoramiento debería ser deducible fiscalmente".

En este asesoramiento una de las principales preocupaciones de los inversores es la política fiscal. Sin embargo, aunque se ha especulado con otro incremento de los impuestos sobre las rentas de capital, incluso de que éste se realizaría por tramos que, en algunos casos podrían superar el 26%, los expertos no lo esperan. Máxime porque en 2010 ya ha entrado en vigor un incremento desde el 18%, al 19 o al 21%.

"El Gobierno va a huir del aumento de los impuestos. No va a haber ninguna reforma fiscal. En cuanto a la tributación de las sicavs, no hay que tocarla", zanja Rabadán. Y es que, aunque como dice Hermida "mientras haya zona euro no habrá corralito", una subida de impuestos puede llevar a muchos a trasladar su domicilio fiscal. Una mudanza que, advierten los expertos, no es nada complicada para los inversores. Y es que, aunque en teoría la fiscalidad del ahorro está armonizada, siguen existiendo muchas diferencias entre los distintos países miembros de la Unión Europea.

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