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Expertos aconsejan revisar correctamente el nivel del aceite del coche

Cambio de aceite en un vehículo | Foto de 123RF/bbtreesubmission | Foto: Servimedia

Con la llegada de la época estival y el incremento de los desplazamientos por carretera, los expertos recomiendan realizar las revisiones oportunas en el vehículo.

En concreto, indican que revisar el nivel de aceite del coche es una de las tareas de mantenimiento más sencillas que se pueden hacer. Al mismo tiempo, es también una de las más importantes para garantizar el correcto funcionamiento del motor y prevenir posibles averías a largo plazo.

Recuerdan que el motor depende de la lubricación para funcionar de forma óptima y evitar daños internos. El aceite, además de lubricar, refrigera diferentes componentes mecánicos y ayuda a mantenerlos limpios, arrastrando las partículas de suciedad hacia el filtro. Esto es especialmente importante en conductores que realicen trayectos cortos de manera habitual, o que sometan al coche a esfuerzos intensos (remolcar, circular en zonas montañosas o con calor extremo, etc.).

Si el nivel de aceite desciende demasiado, el motor puede sufrir fricciones y temperaturas más altas de lo recomendado, afectando a la durabilidad de piezas internas clave. Por otro lado, si el nivel excede el máximo, puede que el motor trabaje de forma irregular y, en el peor de los casos, se comprometan diferentes sellos internos. Por eso, revisar el nivel con regularidad y mantenerlo en la franja recomendada es esencial.

Existe la creencia generalizada de que debe revisarse el aceite una vez al mes, pero la frecuencia ideal depende de varios factores, como el tipo de conducción, la antigüedad del automóvil y el clima por el que te muevas.

En cualquier caso, es recomendable hacerlo antes de iniciar un viaje largo y si se detectan ruidos extraños o sobrecalentamiento, es recomendable realizar esta comprobación inmediatamente.

Si el vehículo es relativamente moderno, muchos modelos incluyen un testigo o alerta en el cuadro de mandos que indica el estado o el nivel de aceite. Aun así, expertos recomiendan no confiar únicamente en la electrónica, ya que siempre es aconsejable comprobar manualmente de vez en cuando. De esta forma, se tendrá la certeza de que el sensor funciona correctamente y se podrá detectar cualquier anomalía que pudiera haber pasado desapercibida.

CÓMO HACERLO

Explican que el primer paso es estacionar el vehículo en una superficie plana y uniforme, con el motor apagado. Esta ubicación garantiza una lectura más precisa, dado que la medición se basa en la posición estática del aceite en el cárter.

Hay que deja el motor apagado, preferiblemente durante unos minutos (quince o veinte), para que el lubricante descienda completamente y se estabilice en el cárter. Mientras se espera hay que asegurarse de que el freno de mano está bien puesto y, en caso de que haya que levantar el capó, localizar la palanca interna correspondiente.

Al abrir el capó hay que buscar la varilla de medición de aceite (normalmente tiene una especie de anilla de color amarillo, naranja o rojo). En el caso de vehículos recientes, puede que haya, en lugar de la varilla, un indicador electrónico en el cuadro de mandos o un tapón para la varilla. Sin embargo, la mayoría de los automóviles de cierta antigüedad aún cuentan con la varilla tradicional, que se encuentra muy cerca del bloque motor.

Hay que tirar de la anilla para sacar la varilla. Al extraerla, el aceite que la impregna será el que haya quedado tras circular o tras el último uso, así que la medición no sería fiable en este momento. Con un trapo o un papel desechable hay que limpiar la varilla desde la punta hasta la empuñadura asegurándose de eliminar cualquier resto de aceite o suciedad para tener una medición clara.

Una vez limpia, hay que introducir la varilla de nuevo en su alojamiento, asegurándoe que encaja hasta el fondo. Luego, extraerla con cuidado y observar el nivel de aceite que aparece reflejado en ella. La varilla suele contar con dos marcas: una que indica el mínimo y otra que señala el máximo. Lo ideal es que el aceite se sitúe en la parte intermedia o ligeramente por debajo del máximo. Nunca debe exceder esta última marca.

Si el nivel está cerca de la marca mínima, es hora de rellenar. Sin embargo, si se observa que el color del aceite no es el esperado (demasiado oscuro, con partículas metálicas o con una textura inusual) podría ser indicativo de que es aconsejable un cambio de aceite, en lugar de un simple rellenado. El aceite del coche debe tener un tono marrón claro o ámbar si es relativamente nuevo; con el paso de los kilómetros, se oscurece de forma progresiva, pero no es normal que aparezca extremadamente negro o con un fuerte olor a quemado.

Para rellenar hay que localizar el tapón de llenado (normalmente en la parte superior del motor) y retíralo con cuidado, utilizando un embudo limpio para evitar derrames. Hay que añadir pequeñas cantidades de aceite y volver a comprobar el nivel con la varilla. Es mejor rellenar poco a poco que pasarse y tener que retirar aceite sobrante, algo más complejo. Una vez que la medición sea la correcta, hay que tapar el depósito y asegurarse de no dejar restos de aceite por encima para prevenir malos olores o posibles derrames.

MANTENIMIENTO

El primer paso para garantizar una correcta lubricación es escoger el aceite idóneo. No siempre el más caro será el mejor para el motor. Se puede consultar el manual técnico del coche o asesorarse en un tienda online especializada en recambios para coches como Oscaro, donde se pueden encontrar filtros, aceites y todo tipo de recambios específicos para cada modelo de vehículo. Ellos pueden orientar sobre la viscosidad y los aditivos más adecuados según tus necesidades y tipo de conducción.

No basta con tener un lubricante de calidad si el filtro no está en buenas condiciones. Un filtro de aceite obstruido o deteriorado no podrá retener las partículas que se generan por la fricción interna del motor, impidiendo una limpieza efectiva del lubricante.

Cada vez que se cambie el aceite es recomendable cambiar también el filtro. De esta forma se garantiza un mantenimiento completo y se evitara mezclar aceite nuevo con residuos acumulados en un filtro sucio.

POSIBLES FUGAS

A veces, el nivel puede bajar de manera persistente sin un motivo aparente. Si SE detecta que el aceite disminuye con frecuencia podría tratarse de una fuga. En ese caso, hay que revisar debajo del coche para comprobar si hay manchas en el suelo.

También se puede observar el motor y si hay rastros de aceite en la zona inferior o cerca de las juntas y manguitos, tal vez haya que llevarlo a un especialista. En casos así, es mejor no esperar y acudir a un taller, donde pueden identificar la causa y reparar la avería a tiempo, evitando problemas mayores.

Cada cierto tiempo es importante anotar el kilometraje y el nivel de aceite. Esto ayuda a establecer un patrón de consumo y detectar posibles incrementos en el gasto de lubricante. Un consumo excesivo puede indicar un problema interno, como un desgaste de los segmentos de los pistones o de las guías de válvula. Detectarlo a tiempo puede ahorrarte costosas reparaciones.

CONSEJOS

Expertos recomiendan realizar los cambios de aceite con la periodicidad recomendada por el fabricante. Muchas personas se guían por el kilometraje (cada 10.000, 15.000 o 20.000 kilómetros, según el tipo de lubricante), pero es igual de importante respetar la antigüedad del aceite (normalmente un año).

También evitar los trayectos demasiado cortos cuando sea posible, ya que en recorridos de apenas unos minutos el motor no llega a la temperatura de funcionamiento óptima y el lubricante no fluye correctamente para limpiar y proteger.

Si el coche pasa largas temporadas parado, es aconsejable arrancarlo y dejarlo unos minutos en marcha para que el lubricante se distribuya por todas las piezas. Esto previene el resecamiento de juntas y manguitos.

Además, recomiendan optar por recambios de calidad. Tanto en filtros, como en lubricantes o piezas de repuesto, una calidad adecuada alarga la vida del vehículo y señalan Oscaro como opción para encontrar productos de marcas reconocidas y con envío fiable.

Además de la revisión rutinaria del nivel, es fundamental saber cuándo toca cambiar el aceite por completo. La mayoría de fabricantes recomiendan un intervalo en torno a los 10.000-15.000 kilómetros para un aceite convencional, o hasta 20.000 si se trata de aceite sintético de alto rendimiento. Igualmente, conviene no dejar pasar más de un año entre cambios, incluso si no se ha recorrido demasiada distancia. El aceite se deteriora no solo por el uso, sino también por el paso del tiempo y la condensación de humedad dentro del motor.

Una señal de alerta clara es el oscurecimiento excesivo o la presencia de virutas metálicas en el lubricante. En este último caso, puede que existan problemas internos en el motor y se aconseja llevarlo a un servicio especializado para un diagnóstico más profesional. Además, si se notan cambios en el rendimiento, como menor capacidad de aceleración o mayor ruido y vibraciones, podría ser un síntoma de que el aceite ha perdido sus propiedades.

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