
En Extremadura hay 63 pueblos de colonización, todos ellos ligados al Plan de Badajoz aprobado por el gobierno Franquista en 1952 con el objetivo era transformar la economía de una zona donde la industrialización pasó de largo. Se crearon nuevos pueblos y se llenaron de colonos llegados de distintas partes para transformar la agricultura de la época.
Construidos cerca de los pantanos propiciados por este plan y con regadío, con el paso del tiempo se han convertido en una de las zonas más ricas en la trasformación agroalimentaria extremeña.
Estos municipios transformaron el paisaje, de gran valor estético y heredaron una arquitectura vanguardista. Son localidades llenas de contrastes donde abundan las casas bajas encaladas, y aunque parecen iguales, no lo son. Cada zona se creó para un determinado uso, los colonos recibieron una casa, una parcela de tierra, vacas, y semillas para sembrar maíz y patatas.
Los inicios fueron duros, pero aquellos hombres y mujeres trabajaron muy duro para convertir aquel inicio en una de las zonas agrícolas con más proyección extremeña, como ejemplo está el sector tomatero, donde buena parte del tomate transformado que se vende en los comercios de medio mundo se cultiva en estos campos, un total de 130.000 hectáreas de fértiles tierras de regadío que en 1952 eran estériles campos de secano.
Ese esfuerzo de superación y construcción de un proyecto comunitario hace que los vecinos se sientan muy arraigados a sus pueblos, que no cuentan con más de 70 años de historia.
Y precisamente es este carácter lo que quiere reconocer el Ayuntamiento de Barbaño, una pedanía de Montijo, con sus recientes "Premios de Luz", una iniciativa destinada a reconocer y visibilizar el esfuerzo colectivo, la superación, la innovación y la solidaridad que caracterizaron a los pueblos de colonización en todo el territorio nacional.
Con esta primera edición, Barbaño quiere rendir homenaje a las mujeres y hombres que, en tiempos difíciles, hicieron posible una transformación agrícola, social y cultural sin precedentes en nuestro país.
Los "Premios Luz" nacen con el objetivo de poner en valor el patrimonio material e inmaterial de estos pueblos nuevos –más de 300 en todo el país, 63 de ellos solo en Extremadura–, cuya creación entre las décadas de 1940 y 1970 por el Instituto Nacional de Colonización supuso no sólo un cambio en el paisaje rural, sino también en la vida de miles de familias. Un capítulo de nuestra historia lleno de luces y sombras, pero, sobre todo, lleno de historias humanas, afirma el ayuntamiento en nota de prensa.
La iniciativa busca reconocer proyectos, personas e instituciones que trabajan activamente en la preservación, difusión y desarrollo del legado de los pueblos de colonización. Por ello, los galardones se estructuran en tres categorías: Premio a la Investigación, Promoción y Difusión del Patrimonio Cultural de los Pueblos de Colonización; Premio a la Recuperación y Conservación del Patrimonio Cultural como Factor de Desarrollo Socioeconómico; y Premio a la Gestión y Desarrollo de Comunidades Sostenibles, Accesibles e Inclusivas.
Los pueblos de colonización representan la memoria viva de un esfuerzo colectivo que merece ser conocido, respetado y proyectado hacia el futuro. Con estos premios se pretende reivindicar su valor y reconocer la dedicación de quienes continúan manteniendo viva esa herencia.