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Las monjas Carmelitas de Granada se pasan al sushi (y arrasan)

  • Cinco de las siete religiosas son filipinas y de ellas partió la idea de elaborar sushi y platos asiáticos
  • "El sushi no paran de pedírnoslo", asegura sor María Dolores, priora del convento
La priora sor María Dolores ante varias monjas que preparan platos asiáticos / Telecinco

De los conventos de clausura suelen salir sobre todo dulces que las religiosas elaboran y venden para sufragar gastos. Sin embargo, las monjas Carmelitas de Granada han revolucionado el sector elaborando sushi y comida asiática, y la respuesta de la clientela no se ha hecho esperar: están arrasando con las ventas.

En el convento de las Carmelitas de Granada, ubicado en la calle Monjas del Carmen, en el barrio del Realejo, se hacían pastas y mermeladas que se ponían a la venta pero, según la priora, sor María Dolores, que lleva más de 50 años entre esas paredes, "de junio a septiembre no se come dulce y nosotras teníamos que seguir viviendo".

Por esa razón, las siete monjas de esta congregación mantuvieron una reunión el pasado verano y, como cinco de ellas proceden de Filipinas, estas monjas asiáticas propusieron hacer sushi y platos de Asia. Apenas dos meses después, el éxito ha sido arrollador, asegura sor María Dolores: "El sushi no paran de pedírnoslo".

Hasta este convento granadino se ha acercado Telecinco y Canal Sur, que han dado buena cuenta de la actividad gastronómica del lugar, y la priora confiesa que, además, "el éxito ha sido tan grande que nos llamaron de MasterChef para que fuera una monja a la tele a cocinar, pero les dijimos que no podíamos porque somos monjas de clausura".

En Granada, las especialidades asiáticas de estas monjas causan sensación. Ya lo hacían sus pastas y sus mermeladas, pero ahora muchos prefieren los platos de las religiosas a los de los establecimientos asiáticos de la ciudad y además saben que así financian en parte la actividad de las religiosas.

La fachada del convento resulta ahora cuanto menos peculiar, porque más bien parece que se anuncia un restaurante en lugar de un convento, y las monjas se muestran también sorprendidas del tirón que está teniendo su iniciativa.

Es más, confiesan que han tenido que comprar muchos más productos para aumentar la producción, ya que no paran de llamarlas para hacerles encargos y han logrado hacerse con una clientela fiel que repite incluso varias veces a la semana. "Nosotras ni siquiera conocíamos estas comidas, pero a la gente le gusta y suele repetir, dice sor María Dolores".

El menú del convento incluye pollo, tallarines y sushi como plato estrella, aunque la variedad es importante y los precios son moderados. El caso es que el negocio no ha hecho más que comenzar, pero las monjas ya arrasa en Granada y están encantadas de vender productos que antes ni siquiera imaginaban.

Las cinco monjas filipinas han revolucionado el convento con su propuesta y ahora trabajan a destajo para poder dar salida a todos los pedidos que les hacen.

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