
Líbano pasa por una situación que ha llevado a sus ciudadanos a usar pistolas de juguete para poder sacar su dinero del banco. Los controles no oficiales impiden mover el dinero, negando el acceso a los ahorros y divisas. El país pasa por una posición muy complicada donde los ciudadanos no pueden cubrir las necesidades básicas.
Líbano se encuentra en una crisis que el Banco Mundial (BM) ha calificado como una de las peores desde el siglo XIX. Un informe del BM acusaba a las autoridades del país de operar bajo un enorme esquema Ponzi –una especie de estafa piramidal- que ha causado "dolor social y económico sin precedentes". El informe afirmaba que las finanzas públicas se utilizaban para captar los recursos del Estado para el clientelismo político, llevando al país a una depresión "deliberada. Añadía que una parte importante de los ahorros de la población había sido "mal utilizado y mal gastado en los últimos 30 años".
El 19 de septiembre llegará a Beirut una delegación del Fondo Monetario Internacional(FMI) para discutir sobre los retrasos en las reformas acordadas. Su implementación haría posible un préstamo de 3.000 millones de dólares. Las medidas van desde la evaluación con ayuda externa de cada uno de los mayores prestamistas hasta una auditoría del banco central y el levantamiento de las leyes de secreto bancario.
De ahorradores a bandidos
Esta situación está llevando a la población a coger hasta un arma de juguete para intentar recuperar parte de sus ahorros. Eso hizo Sali Hafiz para recuperar el dinero que necesitaba para el tratamiento de cáncer de su hermana. "La gente se está suicidando", alego esta mujer a la televisión local y mandó un mensaje al resto de la población: "no cojáis la pistola y os disparéis. Id a por vuestro dinero, aunque os cueste la vida". Ella logró sacar así 13.000 dólares de su cuenta, cuando las retiradas en efectivo están limitadas a 400 al mes.
Esta mujer no es la primera persona que decide tomarse la justicia por su mano y recuperar parte de su dinero. En la última semana se han disparado los casos. Este viernes al menos cinco personas han tomado su ejemplo, y han asaltado bancos con rifles, réplicas de armas y pistolas de perdigones. "La gente está cada vez más desesperada, con menos vías de acceso a la justicia: no pueden acudir al poder judicial, ya que los jueces están en huelga indefinida -por los sueldos-, y no pueden acudir a las fuerzas de seguridad que están comprados por nuestros bancos y nuestros políticos", dijo Fouad Debs, cofundador de la Unión de Depositantes, un grupo de abogados y activistas que presionan por los derechos de los depositantes.
Ante esta oleada de violencia, la Asociación de Bancos de Líbano ha convocado una huelga de tres días, que comienza el día 19, para protestar contra los "repetidos ataques a los bancos" y a sus empleados, decían en un comunicado.
La delicada situación de la economía libanesa ha llevado al país a perder el 90% del valor de mercado de su moneda y a tres cuartas partes de su población a la pobreza.
Marwan Kheireddine, presidente del Banco Al-Mawarid, culpa directamente de la situación al gobierno libanés, y se queja de que "cualquiera que entre en un banco del Líbano y se apodere de los fondos de la forma en que lo hicieron estas personas se está saltando la línea, sin tener en cuenta a los demás depositantes. En mi opinión, eso no es justo".
El abogado Debs lamenta que "este es el único país del mundo en el que tienes que amenazar a un banco con armas para sacar tu propio dinero. Como dijo (Hafiz): la gente no tiene nada que perder".