Según las conclusiones del debate del pleno en Estrasburgo del pasado 4 de mayo, los miembros del Parlamento Europeo consideran que las "sanciones justificadas de la Unión contra Rusia y Bielorrusia están afectando a la recuperación económica posterior a la pandemia de la Unión y suponen una grave amenaza para su estrategia de recuperación" y que las herramientas de las que se disponen, como los fondos Next Generation, no son suficientes para hacerle frente.
El Parlamento pide medidas para apoyar a los ciudadanos y empresas ucranianas y seguir respaldando las acciones emprendidas contra Rusia.
Como fórmula para ampliar los fondos, los eurodiputados han propuesto tasar los beneficios extraordinarios de las empresas energéticas, expropiar los bienes de los oligarcas rusos y flexibilizar el presupuesto y las reglas sobre ayudas de Estado, además de revisar el marco financiero plurianual y elevar las garantías de la Unión Europea en el programa InvestEU. Por último, han pedido a la Comisión presentar nuevos programas crear un Fondo Fiduciario de Solidaridad con Ucrania.
La guerra de Ucrania está afectando al resto de países de la Unión a causa de la crisis de precios de la energía, que limita el poder adquisitivo de todos los ciudadanos y de las pymes, por lo que los eurodiputados plantean asimismo un "paquete europeo temporal de resiliencia social" para reforzar "el bienestar social y los sistemas de protección".
Asimismo, el pasado viernes la Comisión Europea desembolsó 600 millones de euros en préstamos a Ucrania, con el objetivo de darle cobertura ante el grave déficit financiero por sus "necesidades humanitarias y de defensa", estimadas en 15.000 millones de dólares para el segundo trimestre de 2022. Esta misma semana, Europa también ha desembolsado una nueva ayuda de 9.000 millones de euros.