
El economista español leyó por primera vez '1984', la obra cumbre de George Orwell, hace 47 años. Ahora, vuelve a releerla y encuentra numerosas similitudes entre el mundo futurista y distópico del novelista británico y nuestra realidad actual. Y es que, para José Ignacio Goirigolzarri, este libro refleja de forma magistral tendencias, sociales y políticas, en términos de poder, que están aflorando en los últimos años.
"Aunque lo leí por primera vez cuando tenía 20 años, recientemente lo he vuelto a releer y la verdad es que me ha impactado mucho más que la primera vez.
Es un auténtico clásico de la literatura distópica escrito en 1949 e inspirado en la situación, tanto de preguerra como de posguerra, de las diferentes dictaduras que aparecieron o se consolidaron al calor del conflicto europeo.
Describe un mundo futurista, que el autor sitúa en 1984, en el que un país dominado por un gobierno totalitario mantiene en constante vigilancia a sus ciudadanos, espiando, influyendo y moldeando sus pensamientos, llegando incluso a reescribir constantemente la historia, con el único objetivo de que los ciudadanos tengan como única referencia las directrices del líder supremo.
Un país que, por otra parte, estaba en una constante guerra con una potencia extranjera.
Orwell definía su obra más como una exageración satírica de hechos históricos que como una profecía. Sin embargo, a mí me parece extraordinariamente actual.
Y ello, no solo porque la redefinición de la historia es permanente en distintos lugares de nuestro planeta, o por el hecho de que las fake news y la manipulación de la población en las redes sociales con sofisticadas tecnologías impresionarían al mismo Orwell, si viviera en la actualidad.
Sino, además, y sobre todo, porque el mundo sigue debatiéndose en una confrontación ideológica sobre los conceptos de libertad individual, el significado de la palabra democracia, o la relación entre países a efectos de colaborar política, social y económicamente.
Y es que, en los últimos años, nos hemos enfrentado mundialmente a una confrontación ideológica desde muchos puntos de vista.
Desde el punto de vista de los derechos y las libertades individuales, hay quienes pensamos que su defensa es clave para el futuro de nuestra sociedad, mientras que hay otras corrientes de pensamiento que abogan por subordinar la libertad individual a principios como el de la seguridad. Desde el punto de vista más político, hay personas que pensamos en que hay que defender una democracia liberal y hay quien piensa que es mucho mejor una democracia iliberal o un cesarismo porque creen que es mucho más eficaz para la sociedad.
Hay personas que creemos en el multilateralismo y otras que piensan que esto no conduce a nada práctico y que cada país debe encontrar sus propias alianzas. Hay quienes, en fin, creemos en la globalización, que ha sacado del hambre a tanta gente, y quienes sueñan con volver al proteccionismo fisiocrático.
En definitiva, es un libro que, aunque escrito hace más de 70 años, es extraordinariamente contemporáneo, al reflejar tendencias, tanto sociales como políticas, en términos de poder, que están aflorando con toda su viveza en los últimos años.
Tendencias que han existido siempre, pero que ahora afloran con una sofisticación y maquiavelismo extremos.
Es quizás por este motivo por lo que me ha marcado mucho más este libro que cuando lo leí hace ya muchos años".