A debate

Jesús Salazar: "Con suerte no tendremos que hacer ampliación de capital"

SOS Cuétara nació hace 16 años vendiendo caramelos y confitería, pero ha dado un giro de 180 grados en los últimos años que le va a garantizar ser el líder mundial de aceite de oliva. Con una facturación próxima a 2.000 millones de euros, veinte veces superior a la de hace una década, la adquisición de la compañía italiana Bertolli supone el trampolín para centrar el negocio de SOS en el aceite como referente indiscutible por marca.

Esta compra, que le costará 630 millones de euros, pretende financiarla con la venta de su división de galletas Cuétara, otros activos que no sean aceite o arroz y la colocación de sus filiales italianas a inversores de ese país. Jesús Salazar, presidente de SOS, asegura que, de salir todo bien, el accionista no tendrá que poner un euro por esta adquisición.

¿Es posible pagar 630 millones de euros por Bertolli con el alto endeudamiento actual de SOS Cuétara y en un panorama como el actual de estrangulamiento de la liquidez?

Con Bertolli, SOS Cuétara cambia sustancialmente. Seremos el mayor vendedor de aceite de oliva del mundo. De hecho, este producto supondrá el 75 por ciento de la facturación. Esta posición da solidez, porque potencia nuestra capacidad de negociación con las cadenas de distribución. Además, nos hace replantearnos todo el negocio de la empresa. Somos aceitera. Todo lo demás se tiene que estudiar. Sólo es estratégico el negocio de aceite y de arroz y el resto puede llegar a sobrar en esta empresa. Eso sí... a un precio justo.

¿Por qué SOS estaba tan interesada en la adquisición de esta compañía en concreto?

Llevamos cinco años persiguiendo a Bertolli, ya que creemos que es la joya de la corona en aceite de oliva. Y la operación fue muy dura. Había muchos competidores y la diferencia fue escasa. Ganamos por la confianza que tiene Unilever en un grupo como SOS, porque la empresa anglo-holandesa conserva la marca para platos preparados y se compromete a invertir entre 50 y 60 millones de dólares en publicidad televisiva todos los años. Hemos pagado 560 millones de euros y un stock que vale 70 millones de euros, ya que el 90 por ciento de esta cantidad es aceite de oliva. Bertolli genera 72 millones de beneficio bruto.

Sin embargo, varias firmas de inversión no han visto con buenos ojos la adquisición, ya que consideran que se ha pagado un sobreprecio por la compañía.

Si SOS Cuétara integrase desde el principio de este año a Bertolli, la nueva empresa podría tener una facturación de 1.900 millones en 2008 y un beneficio bruto de 190 millones. Hay que recordar que la capitalización de SOS es de 1.800 millones de euros, a lo que habría que sumarle la deuda tras la compra. Por lo tanto, sería realizar una compra de 14 veces el beneficio bruto de explotación, cuando la media de las últimas adquisiciones en el sector ronda las 15 veces. Por eso, no hemos comprado caro.

Para financiar este operación se va a vender la división de galletas Cuétara, que el ejercicio pasado ofreció un beneficio bruto de 21 millones. ¿Como pretenden realizar la colocación?

Se vendería la marca Cuétara junto con cuatro fábricas muy modernas, que tienen 50 líneas de producción. Por ejemplo, la fábrica de Villarejo (Madrid) es la más grande y mecanizada de toda Europa. Este periodo durará entre tres o cuatro meses. Con lo cual, antes de que tengamos que pagar Bertolli las tendremos vendidas.

¿Es la única operación que pretende hacer para pagar la compra?

No. Además nos vamos a deshacer de otros activos, como las marcas de segundo orden que no necesitamos, algunas marcas españolas o algunas divisiones como los vinagres y salsas. Los caramelos ya veremos. Dentro de esta venta, el objetivo es desprenderse de una parte importante del vehículo italiano, en torno al 25 o el 30 por ciento -el mercado lo valora en torno a 1.000 millones de euros-. Ésa es la suma de las tres compañías: Bertolli, Sasso y Carapelli, que facturan 910 millones de euros y tienen un beneficio bruto de 106 millones de euros.

Pero en un primer momento se comentó que la idea era sacar a bolsa estas filiales...

Y así es. Nuestra idea es estar en el parqué milanés, pero como no queremos que la situación actual nos condicione, hemos dado el mandato de buscar socios italianos que entren en la compañía. Imaginemos que en febrero tengo vendido el 25 por ciento del vehículo italiano, pero el momento de mercado es muy malo. Salir a bolsa es una torpeza, porque te van a pagar barato. Nos esperaremos. En una primera fase vamos a mantener el 70 por ciento del control de este vehículo, aunque nunca venderemos más del 50 por ciento.

Se planteó la posibilidad de realizar una ampliación de capital si se necesitase dinero. ¿Cree que será necesario tras la venta de Cuétara y la colocación italiana?

Con estas dos operaciones debería de estar cubierta casi la totalidad de la cuantía necesaria para Bertolli. La ampliación de capital es una de las garantías que le damos a los bancos por si alguna de estas ventas dentro de un año no ha salido. Por eso, si conseguimos todo lo anterior, la ampliación de capital no sería necesaria.

¿Qué entidad será la encargada de hacer toda esta operación?

Ahorro Corporación es el banco que ha gestionado la operación desde el primer día y será el encargado de la venta de todos los activos. Ha cerrado el aseguramiento y nos conoce mejor que nadie, ya que ha trabajado con nosotros desde que hace años nos hicimos con Cuétara.

Pero en el caso de ampliar capital, ¿usted acudiría a la suscripción con el 17 por ciento que posee de SOS? ¿Y su hermano?

Claro. Tanto mi hermano Jaime como yo iríamos proporcionalmente a la operación. Además, creo que tampoco se diluirían ni la caja de Castilla-La Mancha ni las andaluzas -en total poseen más de un 25 por ciento de la compañía-.

Algunos gestores planteaban la posibilidad de suprimir el dividendo de 3 céntimos por acción para reducir la deuda, porque los compromisos financieros ya superan sin Bertolli los 600 millones de euros.

No. Eso sería como si en una casa se suprime la lejía para limpiar el suelo. El dividendo supone destinar seis millones de euros. Es un compromiso que tenemos con el accionista desde hace seis o siete ejercicios.

¿Con esta adquisición se ha acabado la voraz historia de compras de SOS: Cuétara, Koipe, Carapelli..?

Ahora se impone el trabajo orgánico. No se puede olvidar que estamos en más de 100 países con Bertolli. Está todo por hacer, por lo que no tenemos que comprar más compañías. El exceso monetario que obtengamos tiene que ir a reducir deuda y a pagar al accionista. De hecho, en cuatro años queremos que los compromisos financieros se sitúen por debajo de los 200 millones de euros. Vamos a ordenar la empresa, gestionarla y pagar a las entidades. Durante 3 ó 4 años estaremos trabajando internamente y pagando deuda.

Cuando ya se integre esta operación, SOS podría ser una sociedad del Ibex 35. ¿Busca entrar en la primera liga de la bolsa española?

Por tamaño y liquidez estaríamos muy cerca, pero no es necesario para nosotros. Gracias a Bertolli, y durante un periodo largo, no vamos a necesitar más adquisiciones. Tenemos tal trabajo orgánico que hacer...

Pero si la compañía entrase en el Ibex formaría parte de las carteras que muchos gestores replican imitando al índice y, sobre todo, sería seguida por un mayor número de bancos de inversión...

No estamos seguros que sea bueno entrar hoy en el índice. Creemos que deberíamos estar en él en dos o tres años. Si no, seríamos como el equipo de fútbol que está en Primera División sin recursos y luego baja. No tengo ninguna obsesión por formar parte en esa liga ahora.

Bertolli, 150 años de marca

Estamos muy contentos porque hemos conseguido la joya de la corona. A partir de ahora no haremos más compras, ya que tenemos que crecer orgánicamente". Así de optimista se muestra Jesús Salazar, presidente de SOS Cuétara, cuando se le pregunta por la adquisición de la empresa italiana Bertolli. Y es que esta sociedad es el claro ejemplo de una compañía que ha sustentado su crecimiento en la expansión de su negocio por todo el mundo.

Bertolli fue creada hace 150 años en una pequeña localidad toscana, Luca. El dueño, llamado Bertolli, junto con su mujer, cogía un barco varias veces al año y viajaba a Estados Unidos para crear filiales importantes en las regiones donde había inmigrantes italianos. Esta fuerte expansión le ha permitido ser líder en las regiones donde se estableció primero.

Con esta operación, SOS Cuétara abre las puertas a 57 países y ya controla el 22 por ciento del mercado del aceite de oliva en el mundo. En concreto, el fabricante español va a alcanzar el 56 por ciento del mercado italiano, el 19 por ciento del estadounidense, el 20 por ciento del de Canadá y el 25 por ciento de las ventas en España. En todos los países del mundo, salvo en Inglaterra, Portugal y Grecia, tiene la primera y segunda marca en aceite de oliva.

Fuerte crecimiento

"Ha sido una dura pugna, porque llevábamos más de cinco años detrás de ella y hemos ganado por poco", explica satisfecho Salazar. Y es que en un primer momento la aceitera española tuvo que enfrentarse a tres pretendientes: la española Borges, acompañada por un socio capitalista, la portuguesa Sovena y una compañía italiana del sector.

Uno de los factores decisivos de esta operación es que la multinacional holandesa Unilever -propietaria hasta ahora de Bertolli- siguiese produciendo y vendiendo otros productos de la marca italiana, como los platos elaborados, una condición que sí admitió SOS Cuétara.

Pero a pesar de todas estas bondades no hay que olvidar que SOS Cuétara tiene que pagar por Bertolli 630 millones, un tercio de lo que vale en el mercado la empresa, que tiene una capitalización de 1.800 millones de euros. Por eso, no ha sido bien visto por las firmas de inversión, que consideran que son elevados los compromisos financieros que va a asumir. Por ejemplo, la firma de inversión Ibersecurities emitió un informe tras la operación en el que recomendaba vender las acciones, con un precio objetivo de 11 euros. "La compra de Bertolli nos parece que cuadra estratégicamente, si bien pensamos que sale algo cara", comenta la firma de inversión.

Otro de los inconvenientes que plantean los expertos son los altos precios a los que se encuentra la cotización en relación con sus comparables. Si se analiza por PER (veces que el beneficio de la compañía está incluido en el precio de la acción), éste se encuentra en las 50 veces, un ratio muy por encima de la media del principal índice español, el Ibex 35, que cotiza ahora en las 10 veces. Hay que tener en cuenta que, como norma general, cuanto más bajo es este ratio, más interesante es una compañía para el inversor.

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