La farmacéutica suiza acaba de perder su batalla judicial sobre una patente farmacéutica con el Gobierno indio. Otras compañías, como Roche, prefieren negociar antes que entrar en litigios con este país.
Tal y como publica hoy elEconomista Sanidad -la revista digital del sector de elEconomista- la farmacéutica Novartis acaba de perder una batalla judicial sobre patentes que supone un precedente sin igual en el sector. Un tribunal de la India, uno de los principales países productores de medicamentos genéricos, ha fallado en contra de la compañía suiza en su demanda por los derechos del Glivec, un anticancerígeno que cuesta 2.000 euros por paciente al mes. La decisión permite al gigante asiático mantener la producción de la medicina y su venta a un precio asequible: 156 euros.
Ahora, el sector farmacéutico se pregunta: ¿Puede un país violar la patente de un medicamento que ha costado miles de millones de euros en investigación para hundir su precio y facilitar su acceso a las personas con menos recursos? India, a tenor de los últimos acontecimientos, parece empeñada en que así sea. Basta con echar un vistazo a lo sucedido esta semana con Novartis para darse cuenta de hasta dónde llega la beligerancia del país con los laboratorios extranjeros.
Las leyes indias de protección intelectual, las cuales consideran que no es patentable un medicamento que sólo incorpora mejoras en una formulación que ya ha sido registrada y protegida. En Europa, sin embargo, sucede lo contrario. Aquí las autoridades sí permiten las familias de patentes con alguna modificación para facilitar a las farmacéuticas la rentabilización de la inversión en I+D. Obviamente, si el retorno no fuera suficiente, las farmacéuticas podrían dejar de investigar y el mercado estancarse, lo que, sin duda alguna, sería una mala noticia para miles de enfermos a la espera de un remedio para su enfermedad.
Casos anteriores
No es la primera vez que India abandera el acoso a las patentes farmacéuticas. El año pasado le ocurrió a la alemana Bayer. El Ejecutivo de Nueva Delhi, amparado por las leyes indias, decidió conceder una patente obligatoria a una empresa local para producir la versión genérica de un medicamento que la compañía alemana tiene patentado en ese mercado para tratar el cáncer.
Viendo lo sucedido con Bayer y Novartis, la suiza Roche optó por una estrategia distinta: ofrecer uno de sus anticancerígenos patentados a un precio muy reducido.
El objetivo pasa por no levantar las iras del Gobierno, ya que a las compañías les sigue interesando el mercado indio, con grandes posibilidades de crecimiento.