El sueño olímpico de Madrid está un poco más cerca. Al menos eso es lo que se respira dentro de una delegación olímpica divida entre contrastes. Mientras que sus integrantes más optimistas creen tener asegurados entre 40 y 50 votos (el dato oscila ante la tradicional fluctuación de votos prometidos, pero nunca otorgados), los más pesimistas temen un vuelco de última hora ante el crecimiento de Turquía, amén de la propia idiosincrasia de este tipo de procesos, complejos y llenos de laberintos 'diplomáticos'.
A día de hoy, Madrid parece ser la opción más valorada por los miembros del Comité Olímpico Internacional (COI) con una suerte de mayoría simple de los 98 miembros que eligen la sede olímpica que se movería en un orquilla mínima de 40 votos -según fuentes cercanas al Comité Olímpico Español (COE) puestas en contacto con EcoDiario.es- y máxima de 50 - cifra que baraja este miércoles el diario El Mundo-
El mismo COE cifra en una 30 las que tendría asegurada Estambul. El resto (cerca de 25 votos) se movería entre el apoyo a Tokio y las otras dos alternativas restantes.
A estas estimaciones habría que aplicarles una suerte de 'factor mentira', es decir, el porcentaje tradicional de miembros del COI que prometen en un primer momento su voto a una candidata pero, más tarde, acaban depositándolo en otra alternativa. Según los cálculos del COE, este porcentaje ronda el 20% tanto en el caso de Madrid 2020 como en el resto de candidaturas.
Sea como fuere, y según El Mundo, Madrid nunca ha llegado al Congreso del COI con unas previsiones tan altas, en 2012 y 2016 alcanzó en las votaciones 32 y 31 votos, respectivamente.
Sin embargo, y pese a este optimismo, los miembros del COE no las tienen todas consigo, toda vez que el panorama previo a la votación final está siendo, como siempre ocurre en este tipo de eventos, cambiante e inestable. La sorpresa siempre está presente.
De ahí que se trabaje a toda velocidad para atar cualquier detalle. Valga como ejemplo el esfuerzo 'diplomático' que se hizo este martes para lograr que Messi (que había lanzado un guiño a Estambul a través de uno de sus patrocinadores) se pusiera la camiseta de Madrid 2020. También el envío de un cargamento de jamones para los miembros del jurado. Es una suerte de 'cohecho' permitido. Todo vale.
Las fortalezas madrileñas
A favor de Madrid trabajan varios aspectos. Uno de ellos es que cuenta con tres miembros españoles dentro del COI que, además, han conseguido captar muchos votos entre sus compañeros, mientras que Tokio y Estambul tienen únicamente un miembro cada una y ninguno de ellos forma parte de la Ejecutiva.
También cuenta la experiencia de anteriores intentonas. Madrid sabe hacer mejor 'lobby' que en años precedentes. Una tarea en la que la participación del Príncipe Felipe está siendo clave. Hace cuatro años, su Majestad también estuvo presente, pero fue la primera ocasión en la que representaba a los nuestros. Su papel fue destacado pero, cuentan desde el COE, ahora está teniendo un peso clave.
Desde su llegada a Buenos Aires, ha ido hablando cara a cara con varios de los miembros del COI intentando centrarse en los "claves" tal y como él dijo. No es casualidad que un día después de su llegada Messi posara con la camiseta de Madrid 2020 después de que no apareciera en los vídeos promocionales.
El principe Felipe será, además, la principal referencia 'política' de España en este proceso de elección, toda vez que el resto de representantes políticos estatales (entre ellos Rajoy) asistirán a Buenos Aires a última hora. Con esta jugada, Madrid 2020 se asegura alejar de su causa el posible fantasma de la imagen de corrupción que arrastra España lejos de nuestras fronteras. Una imagen que no se asocia al heredero al trono.
Algo parecido ocurre con Alejandro Blanco. El presidente del COE cuenta con una imagen potente de miembro incorruptible en el movimiento olímpico internacional. Se sabe que su objetivo es conseguir unos juegos limpios en todos los sentidos. Más a favor de los nuestros
Puntos débiles
Entre los puntos débiles de España se encuentran los movimientos externos a nuestra candidatura, esto es, el potencial que pueda tener Turquía de conseguir gracias a la fuerte inversión económica que está haciendo en estos últimos días en lo que a la elección final se refiere. El papel de Estados Unidos al respecto será clave, toda vez que los acontecimientos en Siria podrían mover a esta potencia a fomentar la elección de un país musulmán moderado como sede final.
También se teme dentro de Madrid 2020 que algunos de sus miembros poco dados a la retórica pública y con escaso conocimiento olímpico, pueda cometer alguna pifia clave en el momento culminante. En este sentido muchas miradas se posan en Ana Botella, alcaldesa de Madrid, que deberá afinar sus capacidades deportivas y de oratoria para no convertirse en el punto débil del discurso madrileño.
Las cuentas de la votación
Teniendo en cuenta esto, y si los cálculos de 50 votos a favor de Madrid fuesen acertados, la candidatura madrileña sólo necesitaría nueve votos más para ganar en una hipotética final, adhesiones que procederían en teoría de la ciudad descartada si no se elige sede en la primera ronda. Predecir las decisiones de los miembros del COI es muy complejo por el tipo de proceso de elección, parecido al de un cónclave en la elección del Papa, y Madrid por tanto es cauto a pesar de haber recibido inclinaciones favorables de la mitad de los electores.
Pero es cierto que nunca tuvo tantas promesas de votos en las intentonas anteriores. Cuando Londres fue elegida sede olímpica Madrid alcanzó los 32 votos en la primera ronda y 31 en la segunda por el error del miembro griego del Comité Olímpico. En la elección de Copenhague para decidir los Juegos de 2016, Madrid superó la primera ronda con 28 votos, porque había cuatro ciudades candidatas, la segunda con 29 y perdió la final contra Rio de Janeiro con 31 votos.
Una de las ventajas que tiene Madrid con respecto a sus competidoras es que cuenta con tres miembros españoles dentro del COI que, además, han conseguido captar muchos votos entre sus compañeros, mientras que Tokio y Estambul tienen únicamente un miembro cada una y ninguno de ellos forma parte de la Ejecutiva.
Composición de la Asamblea
Entre todos los representantes españoles han conseguido que aproximadamente 50 de los 98 votos sean favorables a Madrid. La Asamblea la forman 103 miembros en la actualidad pero los cinco que pertenecen a países con candidatura no pueden votar (tres de España, uno de Turquía y otro de Japón). De esos 98 resultantes hay que discriminar el voto del presidente que siempre se ha abstenido. También hay que descontar a la Princesa de Inglaterra cuyo voto siempre ha sido una abstención y posiblemente varias bajas que eran favorables a Madrid.
De esos 50 posibles votos los analistas y las personas implicadas en la captación aseguran que la votación real que resulta en el momento final suele descender en un 20 o un 25% de la cantidad prevista porque es habitual que muchos miembros se muestren favorables a más de una candidatura e, incluso, hay algunos que pueden cambiar su parecer. Descontado ese porcentaje los votos quedarían en una horquilla entre 35 y 43, garantía más que suficiente para pasar la primera ronda pero no para ganar.