15 Aniversario

Los retos a los que se ha enfrentado España

  • La economía se encuentra bien posicionada para mantener unas favorables dinámicas de crecimiento
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Si hacemos balance de cómo estamos hoy respecto a 2006, en mi opinión la visión es claramente positiva. Lógicamente aún tenemos muchos retos que abordar, pero hoy España tiene una economía más fuerte y resiliente.

Estos últimos quince años han sido extraordinarios. Y lo han sido porque, más allá de vivir multitud de acontecimientos importantes como ocurre en cualquier período de la historia, lo que hemos vivido ha tenido una transcendencia y magnitud sin parangón.

Destacaría, en primer lugar, que hemos superado la peor crisis financiera de los últimos 100 años, logrando salvaguardar la moneda única durante la crisis de deuda soberana en Europa, y sobreponiéndonos a un severísimo ajuste del sector inmobiliario. También hemos sido testigos de eventos de gran calado que no podíamos ni imaginar, como es el caso del Brexit.

Y, evidentemente, tenemos que hablar de la crisis del Covid-19. Una crisis que ha impactado negativamente a muchas empresas y que, lamentablemente, ha provocado un gran daño en muchas familias. Sin embargo hemos visto a su vez cosas positivas: la respuesta rápida y coordinada de las autoridades para limitar el impacto económico de la pandemia, o el desarrollo de vacunas efectivas en un tiempo récord. Pero a mí lo que me emociona especialmente es la solidaridad que ha generado la pandemia y la entrega de la sociedad para salir todos juntos adelante.

Yo creo que España está superando con buena nota los retos a los que se enfrenta. Como he dicho anteriormente, tenemos aún desafíos por delante pero hoy tenemos una economía con muchos menos desequilibrios, y una sociedad que ha demostrado que sabe sobreponerse a las dificultades.

Por otro lado, tenemos que hablar de la irrupción de las nuevas tecnologías en estos últimos años: las redes sociales, las compras "one click", la viralidad de los eventos, la interconexión instantánea a nivel global, el uso generalizado del big data y la inteligencia artificial... Son sólo algunos ejemplos que forman parte de nuestro día a día cotidiano, y que han supuesto una transformación radical en los hábitos y costumbres de las personas. Un cambio que, además, se ha producido a una velocidad como nunca antes habíamos visto y tiene un impacto generalizado: ha llegado a todas las generaciones, a todos los estratos sociales y a todas las geografías del mundo.

Y otro cambio tan disruptivo y transversal como la llegada de las nuevas tecnologías es la transformación hacia una economía más verde y sostenible. Ésta tiene que ver con cambios en nuestras convicciones, que es mucho más profundo, y el nivel de concienciación es exponencial. Creo que todos coincidimos en que hace quince años, e incluso hace menos tiempo, teníamos una visión radicalmente diferente de la que tenemos hoy.

En estos años la banca también ha cambiado mucho, con entidades mejor capitalizadas y un entramado institucional europeo reforzado. La creación de la Unión Bancaria ha sido un hito y un avance mayúsculo en el proceso de construcción europeo.

El sector ha experimentado una significativa concentración en España y ha evolucionado su modelo de negocio de una manera, casi diría que radical. Esto ha venido originado por un contexto de tipos de interés muy reducidos e incluso negativos pero, sobre todo, por la profunda transformación que ha supuesto la irrupción de las nuevas tecnologías y el cambio en el comportamiento de los ciudadanos que antes he comentado.

Este cambio, y es lo que más quiero destacar, lo hemos hecho focalizándonos en lo que es nuestro rol fundamental: estar al lado de las empresas y las familias para que puedan llevar adelante sus proyectos.

Un ejemplo paradigmático ha sido el esfuerzo que ha hecho la banca para desplegar, de manera rápida y eficiente, los préstamos avalados por el ICO al inicio de la crisis del Covid-19, o las moratorias sobre préstamos para permitir que las familias en dificultades pudiesen aplazar sus pagos. La banca que, hay que reconocerlo, tuvo un problema reputacional a raíz de la crisis financiera, ha sido clave en la salida de la actual crisis.

Mirando hacia adelante, mi visión es optimista. La economía se encuentra bien posicionada para mantener unas favorables dinámicas de crecimiento. La pandemia acabará perdiendo centralidad y los fondos europeos habilitados con la crisis representarán un claro factor de soporte para la actividad, además de ser determinantes en el proceso de transformación ecológica y digital de nuestra economía.

La banca, por supuesto, seguirá estando al lado de sus clientes para contribuir al crecimiento económico de una manera sostenible y responsable. La confianza, la satisfacción de las necesidades del cliente y el cuidado de su salud financiera seguirán siendo piezas fundamentales en el rol económico y social de los bancos. Y esto lo haremos financiando y apoyando la transición hacia una economía sostenible.

Y de todo esto ha sido fiel testigo El Economista, al que quiero trasladar mi más sincera felicitación por su aniversario. ¡Enhorabuena!

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