15 Aniversario

Mirar al futuro desde una óptica transformadora

  • Galicia tiene muy claro que estamos ante una oportunidad para planificar una política industrial que pivote sobre el binomio digitalización-sostenibilidad
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Lo que este suplemento recoge como principales hitos de la economía y la sociedad española en los últimos 15 años es lo que debe alentarnos en la compleja etapa que ahora nos ha tocado vivir. Sin duda, la respuesta que España, y Galicia en particular, están dando a esta crisis es otra de nuestras grandes conquistas colectivas.

Un esfuerzo sin precedentes que, no obstante, tiene aún un largo recorrido porque la lucha contra la pandemia nos exige mirar al futuro desde una óptica transformadora. Nos exige marcar prioridades. Y esas prioridades están en la doble transformación digital y ecológica que debemos impulsar, porque de ello dependerá la competitividad futura de nuestra economía y de nuestra industria, que tanto nos preocupa y nos ocupa en este momento.

No estamos hablando de la recuperación como un camino de vuelta hacia el punto de partida. Estamos hablando de optar por el camino de la transformación y de buscar una salida a esta crisis impulsando un cambio estructural de nuestro modelo productivo.

Galicia tiene muy claro que estamos ante una oportunidad para planificar una política industrial que pivote sobre el binomio digitalización-sostenibilidad. Una política industrial para una transición justa, lo cual significa que no debe contraponer los objetivos de la transición ecológica con el desarrollo del sector industrial.

En este contexto, confiamos en un modelo de colaboración público-privada para administrar esa 'otra vacuna' a este virus que está en los fondos europeos Next Generation. Queremos ayudar al tejido empresarial a liderar proyectos estratégicos que tengan valor económico, social y medioambiental. Y, si se trata de grandes empresas tractoras, a ejercer como tal y hacer que las más pequeñas, las pymes, se vean directas beneficiarias de los fondos europeos.

Para ello, las administraciones tenemos que actuar de forma proactiva con los agentes económicos y sociales y con los sectores productivos, planteando una candidatura de proyectos sólida y solvente, como ha hecho Galicia. Y haciendo un reparto justo, equitativo y transparente de esos fondos, como tiene que hacer el Gobierno.

Estamos en una etapa cargada de incertidumbres que nos convoca al diálogo y al consenso. Y, en ese sentido, nos corresponde dotar a nuestro país de estabilidad que, ejercida con responsabilidad, da los frutos que hemos podido ver en estos últimos quince años y que aparecen recogidos en este especial.

Estoy convencido de que El Economista también estará ahí para relatar los retos que habremos logrado en el futuro.

Felicidades por una trayectoria fiel al rigor.

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