Extremadura, que llegó 150 años tarde a la revolución industrial, será de las primeras comunidades autónomas en alcanzar la revolución digital.
Esta es una afirmación rotunda basada en la certeza de que la nuestra será la primera región de España en abordar proyectos de gran calado en el medio plazo.
Así, en los próximos meses, en nuestros suelos se instalarán una fábrica de baterías o una de semiconductores procedentes de diamantes sintéticos.
Nuestra región tiene capacidad competitiva con unos costes energéticos económicos y eficientes, gracias al aprovechamiento de sus recursos naturales como el sol y el agua.
Las inversiones globales en la región para los próximos años ascenderán a 16.000 millones de euros, de los cuales 10.000 procederán de fondos públicos y más de 6.000 de capital privado. Este capital contribuirá de manera determinante a la creación de 20.000 empleos, lo que permitirá retener y atraer el talento.
Estos proyectos empresariales, muchos de ellos vinculados a sectores que antes no existían, serán los grandes generadores de mano de obra que permitirán un nuevo cambio de paradigma.
Por ello es imprescindible realizar una apuesta decidida por la Formación Profesional y por la Formación Profesional Dual como claves del desarrollo de la región que permitirán formar y capacitar a las personas, sobre todo a las más jóvenes. Esta será una piedra angular en las políticas de la Junta de Extremadura en los próximos años.
Necesitamos que los jóvenes sepan y sientan que pueden desarrollar aquí su proyecto de vida y, para ello, hemos de proporcionarles la formación y la capacitación adecuadas para los nuevos empleos que están por llegar.
La mejor manera de luchar contra la despoblación de los territorios es que haya empleos dignos y que éstos puedan desarrollarse desde la cualificación y esto, unido a políticas que permitan el acceso a una vivienda digna, será la mejor fórmula para afrontar este nuevo escenario de recuperación para nuestros ciudadanos, sobre todo para los más jóvenes.
Extremadura es hoy una gran oportunidad para los extremeños y para los que aquí inviertan. Ahora, que se vuelven a repartir las cartas en el mundo, lo único que puede frenarnos somos nosotros mismos y estoy convencido de que eso no va a suceder. Nunca en la Historia reciente, Extremadura ha tenido una oportunidad como la que ahora tiene para desempeñar un papel protagonista, un mérito que ha de atribuirse a la sociedad y no a la política.
Dependemos de nosotros mismos. El talento, el aprendizaje a lo largo de la vida y la formación del capital humano son claves para aprovechar las oportunidades que tiene Extremadura en el futuro y que no vamos a desaprovechar.
Nuestra región se sitúa en un escenario de oportunidades que le permitirá ser autosuficiente en el futuro.
Es la hora de Extremadura