15 Aniversario

La distribución alimentaria en el centro de la recuperación

Durante los últimos años, el devenir del sector de la distribución alimentaria en España ha tenido grandes hitos, entre los que yo destacaría dos muy recientes. El primero de ellos es la constatación científica a partir de los datos de la crisis 2008-2014 de que la distribución comercial española se encuentra entre las diez más eficientes de Europa. Ello se debe a cuatro factores principales: un mayor equilibrio entre formatos que en otros países europeos, una menor concentración empresarial con empresas nacionales, regionales, cooperativas y franquicias que compiten en beneficio del consumidor, un empleo intensivo -gracias al cual el sector es capaz de crear trabajo incluso en épocas de crisis- y un alto grado de inversión e innovación, que ha creado una estructura logística altamente eficaz y muy automatizada.

El segundo, se refiere a la excelente respuesta de las empresas a los retos de la pandemia Covid-19. Las bases estructurales estaban bien asentadas y han permitido garantizar el acceso a la alimentación en todo el país en circunstancias muy difíciles. Los empresarios tuvieron que tomar decisiones difíciles y arriesgadas, hacer un esfuerzo de coordinación con otras organizaciones y tomar medidas de gestión interna inéditas. Todo ello para lograr que España se situara como el país con menos roturas de stock de nuestro entorno, asegurar el acceso a la alimentación y proteger a clientes y a empleados, haciendo a los supermercados lugares seguros.

El peligro del exceso de normativa implica costes extraordinarios y limita la operatividad empresarial

Corresponde ahora trabajar para contribuir a la recuperación de la economía en España y en Europa dirigiendo la mirada hacia algunos de los grandes objetivos compartidos: el Green Deal, la transformación digital y la sostenibilidad de la economía. No en vano el comercio y la alimentación han sido identificados por la Comisión Europea como dos de los catorce sistemas fundamentales para la recuperación. Esta condición de "doble ecosistema esencial" sitúa al sector en el centro de la recuperación y demanda defender un modelo que, como se ha podido comprobar, es muy intensivo en empleo, aporta riqueza en las zonas en que opera, presenta grandes avances en economía circular y ha sido capaz de llevar la innovación tecnológica a sus procesos internos y a sus relaciones con el cliente.

Y, en el caso de España, esta defensa pasa por llamar la atención sobre varios peligros que pueden lastrar la sostenibilidad de las empresas: las posibles subidas impositivas, el hurto multirreincidente, el absentismo laboral y el exceso de normativa que implica costes extraordinarios y limita la operatividad empresarial. Tenemos que seguir trabajando las estructuras logísticas y cuidar todavía más el activo de los recursos humanos.

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