
A finales de 2017, Ryanair puso sobre la mesa un alza salarial del 20% para tratar de poner freno la fuga de pilotos que le obligó a cancelar más de 20.000 vuelos y a la rebelión organizada por su plantilla para exigir mejoras en sus condiciones laborales. El presidente de la aerolínea de bajo coste, Michael O'Leary, reconoció este martes que su plan para sofocar las revueltas y amenazas de huelga le pasará una factura de 100 millones de euros al año. Un aumento de los costes laborales que no se repercutirá en el precio de los billetes de avión ya que "las tarifas seguirán bajando", ha prometido.
"Con el alza del 20% nuestros pilotos estarán incluso mejor pagados que los de Norwegian y al final serán ellos lo que tengan un problema de plantilla", aseguró O´Leary en una conferencia de prensa. El directivo de la firma de bajo coste respondía a las comunicaciones oficiales que hizo la aerolínea de noruega en la que confirmaba que se había fichado a 150 pilotos de Ryanair y que se llevaría más a lo largo del año puesto que tenía previsto contratar a 400 más.
Aunque con esta mejora salarial y la promesa de reconocer los sindicatos como interlocutores oficiales la compañía irlandesa da por cerrada la crisis laboral, lo cierto es que ésta sigue abierta en algunos países como España, donde el conflicto se está enquistando y va camino de terminar en los tribunales. Los pilotos que trabajan para la compañía con base en nuestro país han creado una sección sindical en Sepla (Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas) y todavía no han conseguido que la aerolínea low cost les reconozca oficialmente como sindicato tal y como se comprometió en diciembre del año pasado. Sepla explicó el martes que ha roto las negociaciones con Ryanair porque la compañía quería vincular el alza salarial de los pilotos con el compromiso del sindicato de "reconocer el sistema de representación impuesto por la aerolínea en cada una de sus bases". Sepla asegura que dicho sistema consiste en la designación unilateral por parte de la aerolínea de un representante de los pilotos que negocie las condiciones laborales del colectivo.
A su vez, el sindicato asegura que la low cost se ha negado a reconocer a los denominados contractos, que son la mitad de la plantilla de pilotos, como empleados por lo que las mejoras no les afectarían. Los contractos son empleados que trabajan indirectamente como autónomos para la compañía a través de la constitución de una microempresa con otros pilotos que es subcontratada por un broker al que Ryanair ficha como proveedor.
Éste es el modelo de contratación es el que Sepla quiere denunciar, ya que exige que todos los pilotos estén contratados bajo la legislación española, lo que supondría un aumento adicional de los costes de personal. "Las acciones legales que ha anunciado Sepla fracasarán. Y tardarán meses o años en resolverse", advirtió el directivo, añadiendo que "si quieren que nos veamos en los tribunales, nos veremos en los tribunales", aseguró O'Leary.
En esta línea, el consejero delgado de la low cost pidió a Sepla que los pilotos votaran el alza, algo que la plantilla dice que no puede hacer y además asegura que la alza no es real ya que implica renuncias.
Rebajas de 30% en El Prat
Pese a que el conflicto con los pilotos de las bases de España se está enquistando, la aerolínea irlandesa Ryanair sigue apostando por nuestro país y cree que logrará crecer un 9% hasta alcanzar los 41,5 millones de clientes.
En este punto, reconoció que se ha visto obligado a bajar un 30% los precios en las rutas a Cataluña por la crisis política en la región para mantener la demanda. "Hay nerviosismo en la gente que reserva billetes hacia Barcelona. Hay fortaleza en el tráfico en Madrid pero Barcelona está débil", agregó.
En todo caso, el grupo prevé abrir 29 nuevas rutas en España, la mayoría de ellas (13) desde Sevilla, tres desde Palma y Alicante, seis desde Valencia y una desde Barcelona.