
Renfe y Amtrak (National Railroad Passenger Corporation) sellarán una alianza para pelear juntas por proyectos ferroviarios en Estados Unidos. La operadora española y el gigante estadounidense ya unieron fuerzas en un consorcio el pasado verano para pujar por la primera fase del concurso de explotación de la línea de alta velocidad entre Los Ángeles y San Francisco, en el que quedó en segunda posición. Ahora ultiman la firma para extender esa relación a un acuerdo estable y de mayor calado que les permita crecer de la mano en el mercado norteamericano, según señalan fuentes conocedoras de las negociaciones.
Renfe tiene en la internacionalización una de sus líneas maestras futuras de crecimiento, en un contexto en el que España proyecta la liberalización del sector ferroviario para el año 2020. La compañía que preside Juan Alfaro dio el salto al exterior en 2011, cuando el consorcio hispano-saudí que lidera se adjudicó la construcción y explotación del tren de alta velocidad entre Medina y La Meca, en Arabia Saudí.
La operadora española trató este año de entrar en la alta velocidad británica, para competir por la concesión de la línea convencional West Coast Main Line, entre Londres y Manchester, pero finalmente no logró llegar a un acuerdo con Virgin y Stagecoach, las firmas inglesas con las que negoció.
Un tropiezo que, en todo caso, no cambia el interés de Renfe por Reino Unido, donde en los próximos años se prevé que surjan, al igual que en Estados Unidos, múltiples opciones. "Estamos atentos a las distintas oportunidades de negocio internacional que surjan, especialmente en los mercados de Reino Unido y Estados Unidos", admitió hace escasas semanas Alfaro, quien no obstante aclaró que en estos momentos no se halla en liza por ningún proyecto concreto.
En este escenario, la alianza con Amtrak se revela clave en las aspiraciones de Renfe en el mercado norteamericano. No en vano, el operador público estadounidense opera sobre los 35.000 kilómetros de la red nacional, llegando a más de 500 destinos en 46 estados. Un socio de relumbrón con el que formó consorcio, junto con las también españolas Adif y Globalvia, para tratar de conquistar el primer contrato de operación de la alta velocidad de California.
A comienzos de octubre, la oferta de Renfe, Amtrak, Adif y Globalvia recibió las mejores puntuaciones tanto en la parte técnica como económica. Sin embargo, la Autoridad de Alta Velocidad de California (CHSRA, por sus siglas en inglés) escogió la propuesta del consorcio liderado por la alemana Deutsche Bahn.
Análisis de oportunidades
El proyecto cuenta con un presupuesto de apenas 30 millones de dólares (unos 25 millones de euros), consistente en los trabajos de diseño, desarrollo y definición de los aspectos técnicos y comerciales de alta velocidad durante un periodo de seis años. No obstante, no se trataba de un contrato menor, puesto que coloca a la compañía germana en una clara posición de ventaja de cara a la fase más importante, la segunda, en la que el operador preparará y desarrollará la explotación del corredor mediante un acuerdo de franquicia.
El consorcio encabezado por Renfe presentó una serie de alegaciones -envió sucesivamente hasta tres cartas- que esta semana han sido formalmente rechazadas por la autoridad competente. De este modo, ha confirmado la adjudicación del contrato a la alemana Deutsche Bahn.
Con todo, la operación del AVE de California seguirá en el radar de Renfe y Amtrak, toda vez que el concurso de esta fase aún tardará varios años en salir. En la actualidad, el operador español se halla analizando las distintas oportunidades que pueden interesarle, tanto en Estados Unidos como en Reino Unido u otros países -Arabia Saudí también ofrece posibilidades-. El interés principal de la empresa pública española se dirige a proyectos de alta velocidad, aunque igualmente está abierta a participar en otro tipo de infraestructuras ferroviarias en el mercado norteamericano. En el punto de mira tiene el tren de hipervelocidad que prevé construir Elon Musk entre Nueva York y Was-hington o la alta velocidad de Texas, aunque todavía se hallan en fases muy iniciales.
La Administración de Donald Trump ha solicitado un billón de dólares al Congreso para invertir en infraestructuras, con un impacto sustancial en el ferrocarril.
Llega su hora en el AVE de Arabia Saudí
Prácticamente culminadas las obras de construcción de la línea de alta velocidad entre Medina y La Meca, en Arabia Saudí, a Renfe le llega su hora. La operadora española, que lidera el consorcio responsable del proyecto, lleva meses relizando pruebas a máxima velocidad y tiene ante sí el reto de iniciar la explotación 'soft' de la infraestructura, con el objetivo de poner el servicio comercial en plenitud en 2018. La fecha acordada es el próximo mes marzo, pero los atrasos heredados provocarán previsiblemente una demora.