
La Comisión Europea permitirá al grupo chino Hutchison Whampoa comprar la filial británica de Telefónica O2 antes del próximo junio por 13.500 millones de euros. Ahora bien, la aprobación que dará origen al mayor operador de móvil del Reino Unido estará condicionada al cumplimiento de una serie de severos requisitos, aún sin desvelar ni precisar.
Según informó ayer el servicio online MLex, Hutchison ha recibido un anticipo del denominado Statement of objections (declaración de objeciones) para adquirir la británica O2. De esa forma, todo apunta a que Bruselas iniciará en las próximas fechas las negociaciones con Hutchison con el objetivo de fijar un conjunto de remedios que permitan preservar la competencia y el equilibrio en el mercado.
Por tanto, de lo anterior se desprende que la fusión sigue en marcha, lo que supone un considerable alivio para los intereses tanto de Hutchison como de Telefónica O2 Reino Unido. En las próximas horas se abrirá una nueva etapa en el proceso, también de resultados inciertos, ya que cabe la posibilidad de que las condiciones que Bruselas considera aceptables para su aprobación definitiva podrían no ser tales para los interesados.
Desde ahora, Hutchison dispondrá de dos semanas para responder por escrito a la Comisión. Al mismo tiempo, podrá solicitar una audiencia oral a funcionarios de la Comisión y a otros actores de la industria con tal facilitar el acuerdo final.
Artículo balsámico
En vísperas del primer veredicto de Bruselas, el director general de Hutchison Whampoa, Canning Fok, publicó un artículo en Financial Times en el que el grupo hongkonés se compromete a invertir 5.000 millones de libras (6.570 millones de euros) en su negocio británico de las telecomunicaciones durante los próximos cinco años. Ese importe representa un 20% más de lo que estimaban destinar las dos empresas de forma independiente.
Para calmar el malestar del regulador británico Ofcom, que el pasado martes desaconsejó la fusión por resultar perjudicial para los consumidores, Fok también anticipó la voluntad de su empresa de no subir las tarifas durante los cinco próximos años en los servicios de llamadas de voz, mensajes cortos y datos móviles. Es más, el directivo aseguró que "cada eficiencia de costes que genere la combinación de ambos negocios se compartirá con nuestros clientes, cuyas facturas bajarán".
Con las dos propuestas como principales argumentos, Hutchison ha logrado convencer a Bruselas, en su empeño por ver aprobada -siempre con condiciones- la compra de la filial británica de Telefónica.
Con el mismo objetivo, la compañía hongkonesa se muestra dispuesta a compartir sus redes con sus competidores, además de permitir al resto del mercado británico a adquirir intereses en su capacidad de red. Esta última circunstancia resultará especialmente atractiva para los nuevos jugadores. Será el caso de Sky e Illad, compañías que ya han expresado su voluntad de irrumpir en el sector del móvil británico y aprovechar las oportunidades que seguro propiciará la fusión del segundo y el cuarto operador de telefonía móvil británica.
Las casas de análisis ya se han pronunciado en favor de un veredicto favorable. Según los expertos del Sabadell, "la operación se acabará aprobando ya que los remedies serán aceptados por Hutchison".
Por su parte, los analistas de JB Capital Markets señalan que los compromisos de Hutchison "eliminan gran parte de las preocupaciones en torno a un hipotético bloqueo de la operación por parte de las autoridades" y creen que "serán bien recibidos tanto por el mercado como por los reguladores".
Bank of America Merrill Lynch apunta que la promesa de no elevar los precios no tendrán mucha influencia en la Comisión Europea, que prefiere medidas estructurales para resolver los posibles problemas de competencia.