
Un tribunal de Seúl ha condenado a cinco años de prisión al heredero de Samsung, Lee Jae-Yong, por soborno y corrupción por el caso de la 'Rasputina', una trama política que relacionaba al directivo de la compañía y a la mano dereceha de la expresidenta Park Geun-hye, Choi Soon-sil -conocida como la Rasputina.
La sala 417 del tribunal de Distrito Central de Seúl consideró probado que Lee entregó sobornos a la expresidenta surcoreana Park Geun-hye con la expectativa de obtener favores del Gobierno en su consolidación como líder del grupo, además de cometer otros delitos.
Los años de prisión para el heredero de Samsung finalmente han sido menos de los que solicitaba la fiscalía, quien reclamaba que el directivo de la compañía pasase los próximos 12 años en la cárcel.
El proceso judicial entorno a Lee ha generado gran expectación en el país asiático, donde los medios locales se refiere a él como "el juicio del siglo" por las repercusiones que pueda tener en la imagen del mayor conglomerado surcoreano y su posible influencia sobre la futura sentencia que llegará en los próximos días sobre la expresidenta Geun-hye.
Tanto es así que más de 450 personas se apuntaron esta semana en el sorteo para conseguir uno de los 30 asientos disponibles en la última sesión del proceso para presenciar en directo la lectura del dictamen, en la que se ha prohibido el acceso de fotógrafos y cámaras de televisión.
Lee, de 49 años, permanece detenido desde mediados de febrero, cuando la fiscalía presentó cargos contra él por delitos cometidos presuntamente en el marco del caso Rasputina (que supuso la destitución y arresto de Park) y que habrían permitido a Samsung obtener un trato de favor por parte de las autoridades.
Soborno de 32 millones de euros
El hombre que lidera de facto el grupo empresarial más importante del país asiático está acusado de soborno por autorizar el desvío de 43.000 millones de wones (32,3 millones de euros) a fundaciones bajo el control de Soon-sil.
Los pagos se habrían realizado a cambio de que el fondo público de pensiones autorizara en 2015 una fusión de dos filiales de Samsung (una de las cuales estaba participada por el mencionado fondo), una operación que reforzó el control de Lee sobre el grupo.
La fiscalía acusa al empresario además de malversación de fondos, ocultación de activos en el extranjero, encubrimiento de acciones criminales y perjurio (por haber dado varias versiones en sus comparecencias ante diversas instancias), unos cargos ante los que Lee mantiene su inocencia.
Golpe a Samsung
El veredicto supone un duro golpe para la imagen de Samsung, conglomerado que aporta la quinta parte del PIB nacional, y sus perspectivas de futuro ante el vacío de liderazgo. Asimismo, podría afectar a otros juicios paralelos que se celebran contra la expresidenta surcoreana y contra la Rasputina.
Lee se hizo con las riendas de Samsung en 2014 después de que su padre, Lee Kun-hee, sufriera un infarto que lo dejó incapacitado.
Choi permanece detenida desde el pasado octubre al considerarse que, con la connivencia de Park, confabuló para crear una red de corrupción en la que están aparentemente involucrados la presidenta, miembros de su Gobierno y los principales conglomerados del país.