Brian Chesky, el consejero delegado de Airbnb, prensentó ayer en Los Ángeles el nuevo plan de expansión de la compañía en la que dejará de ser exclusivamente una web en la que poder alquilar pisos particulares, a centrarse en toda la experiencia turística ofertando muchos más servicios.
Aunque la idea de la compañía es ofrecer en un futuro el paquete completo incluyendo desde vuelos de avión o alquiler de coches, de momento ha apostado directamente por mejorar la experiencia de viaje, algo que las agencias prometen pero luego no cumplen, explica Chesky.
Por ello, ha lanzado Experiencias que busca "dejar el mapa a un lado y no tengas que hacer cola durante horas o tomes las típicas fotos. Ahora puedes vivir experiencias, reservar alojamientos increíbles y visitar los lugares favoritos de los lugareños, todo desde una misma aplicación", ha explicado la compañía.
Para lograrlo, la compañía ha rediseñado su aplicación para que ir más allá de anfitriones que pongan su piso o habitación en alquiler, sino que contarán con un usuario bautizado como experto local que organizará experiencias en la ciudad para enriquecer el viaje del huesped de la plataforma.
De este modo, el huesped pasa de ser turista a viajero y puede optar por irse de fiesta, salir de compras, aprender bailes regionales o irse de excursión a lugares más desconocidos gracias a las nueva posibilidad de los anfiriones. "Los anfitriones son chefs, senderistas o gente local destacada que quiere mostrarle a otras personas algunas partes menos conocidas de su comunidad", detalla la empresa.
Para pasar a contratar estas experiencias, el usuario de la plataforma podrá filtrar por completamente Deportes, Naturaleza, Fines solidarios, Espectáculos, Comida o Arte en los que podrá, por ejemplo, contactar con Quinn, surfista de Los Ángeles que organizará una actividad de tres días por 349 dólares por persona.
Además de Experiencias, la compañía también ha lanzado Lugares, en la que serán los propios anfitriones los que sirvan de embajadores de la ciudad de destino. Es decir, pasarán a recomendar activamente al huesped lugares que quedan fuera de las guías de viajes que van desde barrios agradables por los que pasear, la cafetería que pasará a estar de moda en unos meses o las actividades que están dándose justo en ese momento en la ciudad.
Tras el revés de Nueva York
Esta reconversión de Airbnb para alejarse exclusivamente de su modelo de alquiler de habitaciones o inmuebles llega después de que el estado de Nueva York haya aprobado una ley que restringe el anuncio de alquileres de apartamentos (sin inquilino) por periodos inferiores a un mes en plataformas online, lo que es una clara declaración de intenciones contra la empresa dirigida por Chesky.
Esta legislación ataca directamente el principal mercado de Airbnb ya que se estima que se estima que los anfitriones generaron más de 1.000 millones de dólares durante el año pasado con sus alquileres, alquileres de los que la plataforma se quedó con una porción, tal y como estipulan sus normas.
Lo más peligroso para las cuentas de Airbnb respecto a la legislación de Nueva York es que sienta un precedente con los frentes que tiene abiertos con otras administraciones locales. Pues San Francisco, Santa Mónica (California), Ámsterdam, Barcelona o Berlín, tienen una particular lucha contra la compañía para tratar de poner coto a su actividad.