
TeliaSonera contempla con preocupación las dificultades que estos días sufre Zegona para financiar la compra de su filial Yoigo. Según ha podido saber elEconomista, el grupo sueco confía en resolver la venta lo antes posible, sin que hasta ayer existan visos de solución. En ese empeño, la teleco nórdica podría considerar ofertas al alza de nuevos interesados, distintos a los ya conocidos del capital riesgo británico.
Las identidades de esos posibles nuevos candidatos no han sido desveladas por las fuentes conocedoras de la situación. En ese escenario, instituciones financieras cercanas a TeliaSonera se cuestionan las razones por las que la compañía concede prioridad a Zegona cuando han aparecido propuestas superiores a las del fondo británico. De hecho, el periodo de negociación exclusivo con la firma británica -inicialmente de seis semanas-, ya ha duplicado con creces los plazos acordados.
Según los analistas consultados, el fondo ha incumplido dos de las condiciones que resultaron determinantes para la exclusividad en las negociaciones con Zegona: confirmó que contaba con financiación y dijo que materializaría rápidamente la compra de Yoigo. Si el primer compromiso está bajo sospecha, el segundo ya ha defraudado las expectativas de TeliaSonera, añaden.
Por unas cosas y por otras, TeliaSonera comienza a impacientarse. Zegona necesita cerca de 700 millones de euros para digerir Yoigo y Telecable, esta última adquirida por Zegona el pasado verano. Esa cifra colocaría al fondo británico con un endeudamiento muy delicado, próximo a cinco veces ebitda, un ratio que disuade a los bancos susceptibles de financiar la compra.
De esa forma, TeliaSonera teme dañar su imagen al repetir el fracaso de hace dos años, cuando desdeñó la venta de su filial española a Orange y a Vodafone pese a disponer de propuestas próximas a los mil millones de euros. Esa decisión escuece cada vez más en TeliaSonera y en su entorno.
Por si fuera poco, Zegona aún no ha convencido a los accionistas minoritarios de Yoigo. Tanto ACS como FCC no están dispuestos a malvender sus respectivas participaciones de 17 y el 3,4 por ciento, especialmente cuando con ello aflorarían minusvalías contables en el caso de ACS. Entidades como el Sabadell y BBVA ponen en entredicho la capacidad de Zegona para adquirir Yoigo y convertirlo en un operador capaz de generar sinergias con el asturiano Telecable y huérfano de un socio industrial.