El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés) ha logrado desarrollar unas células solares tan delgadas, flexibles y ligeras que se pueden colocar sobre una pompa de jabón sin que estalle la burbuja.
La idea de estas células solares es que al ser tan delgadas flexibles y ligeras puedan ser colocadas en casi cualquier material o superficie, desde la ropa al smartphone pasando por la chapa del coche, con lo que permitiría dotar de energía a dispositivos concretos.
En concreto, el MIT explica que éstas células solares devuelven una potencia similar a las actuales placas aunque han conseguido que su espesor sea tan sólo de 0,0013 milímetros. Esta delgadez es la que permite un peso ínfimo y que se puedan adoptar en cualquier superficie sin incrementar el peso.
Para conseguirlo, la clave está en la composición del material, ya que el proceso desarrollado por el profesor del MIT, Vladimir Bulović, la científico de investigación, Annie Wang, y el estudiante de doctorado, Joel Jean, prescinde de la típica composición de cristal para elaborar este tipo de placas y apuesta por un polímero flexible común llamado parileno como sustrato y recubrimiento, lo que permite con una única composición material captar la luz y transmitirla.
Para poder desarrollar este material todo el proceso se lleva a cabo en una cámara de vacío a temperatura ambiente y sin uso de ningún disolvente, a diferencia de la fabricación de células solares convencionales, que requiere altas temperaturas y productos químicos agresivos, explica el MIT. En este caso, tanto el substrato y la célula solar se "cultivan" usando técnicas de deposición de vapor establecidos.
Reconocen que el proceso para hacer comercial el producto es todavía un concepto y faltan años para que pueda distrubuirse de forma masiva aunque prevén que ayudar a impulsar la próxima generación de dispositivos electrónicos portátiles.