Tecnología

Samsung apuesta por lo seguro para reinar en la clase alta

  • Conserva el diseño pero amplía la batería, mejora la cámara, incorpora una microtarjeta de memoria y lo hace sumergible.

Samsung ha presentado en sociedad la apuesta con la que pretende apuntalar su hegemonía tanto en el conjunto del mercado como en el segmento de alta gama. No hace falta ser un visionario para anticipar que los Galaxy S7 y Galaxy S7 Edge serán los smartphones más vendidos en la categoría premium de este año.

En ello contribuirán las cualidades técnicas de los nuevos equipos, así como la potencia marketing que el gigante surcoreano desplegará para arropar a sus buques insignias de cada mercado. Con unos precios próximos a los 700 euros, las miradas de la industria -reunida al reclamo del Mobile World Congress (MWC)-, se centran en el nacimiento de una criatura que evoluciona lo ya conocido, ajeno a estridencias y revoluciones, y sin que la ausencia de efectos wow tenga que suponer un demérito por parte del gigante surcoreano.

Hasta el momento los fabricantes de móviles se han empeñado históricamente en incorporar a sus dispositivos todo tipo de prestaciones, en muchos casos sin preguntar a los usuarios sobre sus necesidades reales. De esa forma, es habitual que las compañías compitan en una carrera sin fin para mejorar las resoluciones de la pantalla, añadir megapíxeles a las cámaras, aligerar los materiales y elevar la velocidad, potencia y capacidad de almacenamiento de los productos. Sin embargo, en esta ocasión, Samsung no sólo se ha molestado en conocer la opinión de los clientes, sino que también ha incorporado las demandas del público en su nuevo equipo. De esa forma, el Galaxy S7 y el Galaxy S7 Edge aporta mejoras donde realmente es más necesario hacerlo, es decir en la batería y en la capacidad de almacenamiento a través de una tarjeta extraíble.

Respecto a lo primero, la batería se refuerza de forma sustancial respecto a sus comparables al disponer de 3.000 miliamperios, en el caso de Galaxy S7 y de 3.600 miliamperios en el del Galaxy S7 Edge. Frente a ellos, el Galaxy S6 alcanzaba 2.600 miliamperios y el Galaxy S6 Edge los 2.650 miliamperios. Este incremento de capacidad de la pila permite a la nueva saga de los Galaxy reproducir durante 13 horas seguidas un vídeo en alta definición. De lo anterior se desprende que, con un uso del móvil normal, con todas las antenas encendidas, la autonomía superará con holgura las 24 horas.

El segundo gran avance del Galaxy S7 Edge es una rectificación al modelo anterior más que un avance por sí mismo. Los estrategas de Samsung se han dado cuenta de que merece la pena sacrificar parte del diseño con tal de incorporar una tarjeta extraíble de memoria. Las eficiencias resultan más interesantes que encarecer el producto en función de las prestaciones del disco duro interno. Si duda, rectificar es una decisión sabia dadas las crecientes necesidades de los usuarios de disponer de almacenamiento para sus fotos y vídeos (cada vez de mayor calidad y resolución), así como para sus aplicaciones, juegos, mensajes en redes sociales y plataformas de mensajería.

Por todo lo anterior, los nuevos S7 y S7 Edge llegarán al mercado con 32 GB internos (en lugar de los 64 y 128 de algunos modelos del S6 Edge), con la posibilidad de ampliación en otros 200 GB con la tarjeta SD, hasta una capacidad total de 232 GB.

El resto de las novedades de los Galaxy S7 y S7 Edge merecerían la consideración de secundarias ante los ojos de cualquier usuario profano a las especificaciones técnicas. Ese podría ser el caso de las cámaras principal y secundaria, de 12 y 5 supermegapíxeles, respectivamente. Las diferencias entre una óptica excelente -como la de su antecesor el Samsung Galaxy S6 Edge- y otra que supera la anterior se limitan a matices solo al alcance de un puñado de gourmets. En este caso, la óptica del S7 Edge alcanza un nuevo techo debido al incremento del 56 por ciento del tamaño de sus píxeles, el aumento del 25 por ciento en la luminosidad de la lente (ahora F:1.7 frente a la apertura de F 1:9) y un sistema de autofoco que gana en precisión al ofrecer una detección del 100 por cien de los píxeles disponibles frente al 78 por ciento de los Galaxy S6 y S6 Edge. En conjunto, las anteriores mejoras de la cámara permiten tomar imágenes con mayor calidad en entornos de baja iluminación, además de una mayor rapidez en el enfoque automático y unos niveles de brillo un 75 por ciento mayores de los ofrecidos por la marca hasta el momento.

El diseño de los nuevos Samsung de alta gama puede resultar decepcionante para aquellos que esperaran grandes novedades. En este caso, los ingenieros han optado por conservar lo bueno que ya existía antes de embarcarse en inciertas aventuras. Pese a tratarse de un diseño conservador o continuista, la nueva saga de los Galaxy amplía levemente la pantalla, con 5,1 pulgadas el S7 y 5,5 pulgadas el S7 Edge y elimina el resalte de la cámara de 0,46 milímetros con el que convivían los Galaxy S6 y S6 Edge. Por el contrario, se mantiene el biselado de la pantalla de los Edge y se incorpora cierta estanqueidad a los nuevos equipos, ahora capaces de sobrevivir a una zambullida de metro y medio durante media hora. Tanto el frontal como el dorsal conserva el Gorilla Glass de equipos anteriores.

Samsung ratifica su fidelidad al procesador de la casa, el Exynox 8890 (con cuatro núcleos a 2,3 Ghz y otros cuatro a 1,6 Ghz), lo que mejora el rendimientos y la potencia de la CPU el 30 por ciento y del 64 por ciento en el caso de la GPU. Esta nueva vuelta de tuerca permitirá a los usuarios de los S7 y S7 Edge disfrutar de los videojuegos con altas dosis de realismo y sin que ello dispare el consumo energético y la temperatura del dispositivo. En este último empeño, los nuevos Galaxy suman un sistema de refrigeración por líquido a través de diminutas canalizaciones (de 0,40 milímetros) diseñado para evitar recalentones por mucho estrés que sufran.

En cuanto al software, los nuevos equipos aprovechan las posibilidades de la curvatura de la pantalla para añadir más enlaces a servicios, herramientas, aplicaciones y contactos. Si hasta la fecha había espacio para una columna de iconos, ahora se duplica, para así ejecutar las acciones favoritas con un atajo que aporta sentido funcional al biselado.

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