
En primer lugar quiero agradecerles y trasladarles, en nombre de los accionistas y profesionales de Editorial Ecoprensa y en el mío propio, nuestra más alta consideración por honrarnos con su presencia en este acto de conmemoración del décimo aniversario de elEconomista.
Hay una expresión antigua, cuyo origen no ha sido bien establecido, que sentencia: "Ojalá vivas tiempos interesantes". Los que trabajamos en el mundo del periodismo, estamos inmersos desde 2007 en una sucesión incesante de noticias. Las preocupaciones de los ciudadanos, según el CIS, reflejan un malestar acendrado por la situación política y económica, en particular por el desempleo y la corrupción.
Pero todo ello no puede hacer olvidar el progreso logrado en las últimas décadas. Lo recordaba justamente el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, durante su visita a Alemania el pasado mes de abril: "Tenemos la fortuna de vivir en la etapa más pacífica, próspera y progresista de la historia humana (...) Más personas viven en democracias. Somos más ricos, estamos más sanos y mejor educados, y con una economía global que ha sacado a más de 1000 millones de personas de la pobreza y creado nuevas clases medias, de América a África y Asia". (...)
Justo es recordar los logros que, con grandes esfuerzos, nos han llevado hasta aquí. Desde su ingreso en las Comunidades Europeas (hoy Unión Europea) en 1986, la transformación de España en los planos social, político y económico ha sido extraordinaria. La convergencia económica registrada durante las tres últimas décadas, si bien interrumpida por la crisis, ha elevado de forma irreversible el perfil de España dentro de la Unión, equiparando casi la calidad y extensión de nuestro Estado de bienestar al de nuestros socios europeos; una realidad cuyo mejor reflejo es la erradicación total que se ha hecho del analfabetismo, lacra secular de nuestro país, alcanzándose por contra una tasa de población con estudios universitarios por encima del 34% y, en definitiva una esperanza de vida entre las más altas del mundo.
Gracias al talento y al buen hacer de los ciudadanos y de las clases política y empresarial, a comienzos de los 90 se inició un proceso de crecimiento económico que duraría más de 15 años; una etapa en la que España pasó de ser beneficiario de la inversión extranjera a construir multinacionales de alcance global, apostando por la apertura económica y la integración de la mujer en el mundo laboral, asegurándose un lugar permanente en el Grupo de las veinte mayores economías del mundo.
El camino era tanto más incierto cuanto que partía de una situación de gran inestabilidad. Nuestra transición democrática, y la Constitución de 1978, son nuestra mejor obra colectiva. Conviene, pues, reivindicarlas sin ambages y recordar también que su éxito en modo alguno estaba garantizado. En ese camino, y singularmente en aquellos comienzos, el papel de la monarquía, en la persona de S. M. el rey Juan Carlos, ha sido inestimable; y ha encontrado en S. M. el rey Felipe una inmejorable garantía de continuidad y estabilidad.
También el periodismo ha participado en esa historia común eminentemente exitosa. Comprenderán que me refiera en este punto a elEconomista, la celebración de cuyo décimo aniversario nos trae hoy aquí. Diez años que comienzan el 28 de febrero de 2006, cuando la Gran Recesión solo había comenzado a enseñar los dientes, tímidamente, en Estados Unidos.
Impulsado por un equipo de profesionales joven, cualificado y con una sobresaliente capacidad de trabajo, elEconomista pronto hizo valer sus credenciales -rigor, innovación, veracidad- para situarse a la cabeza de la información económica. El entorno cambió muy rápidamente, pero creo que es justo reconocer que elEconomista supo adaptarse a los tiempos con celeridad. Nuestra apuesta, desde el primer día, por lo digital, dotó de mayor resistencia a nuestro modelo de negocio, al tiempo que nos permitió lanzar nuevos productos, todos digitales, que anticipaban las necesidades de nuestros lectores, singularmente en el campo de la información financiera y, en general, especializada. En 2013 lanzamos el portal elEconomistaAmérica.com que cubre los países principales de habla hispana del continente y, un año más tarde, Economíahoy.mx, nuestra cabecera digital en México. Casi tres millones de lectores, y más de un millón solo en México, avalan esta apuesta cada mes.
La historia de elEconomista en estos diez años es solo un ejemplo de lo que tantas y tantas empresas españolas han logrado durante la crisis a base de talento y perseverancia. Su éxito es el mejor indicador de nuestro éxito como país, que señalaba al comienzo, y que no debemos olvidar.
Que ese éxito continúe en el futuro depende de que renovemos esfuerzos y hagamos gala de una cualidad que la Corona tanto se han comprometido a promover a lo largo de estos casi 40 años de democracia: el espíritu de concordia. En especial, la clase política, inmersa de nuevo en un proceso electoral, debe asumir con espíritu de concordia y responsabilidad la tarea encomendada por los ciudadanos para trabajar juntos en la formación de un Gobierno estable y que profundice la senda de las reformas necesarias para aspirar a un futuro aún mejor.
Nuestra historia demuestra sobradamente que es posible. Muchas gracias.