
"No te pongas tan cerca de la televisión que es malo para la vista" es una de las frases que seguro todos hemos oído al menos una vez en la vida. Aunque a día de hoy nuestra atención a las pantallas está dividida en múltiples dispositivos, esta ha sido y es una preocupación de muchos padres sobre la salud visual de sus hijos.
Más allá de un tema popular, la realidad es que esta recomendación tiene un origen muy concreto. En la década de 1960, la entonces empresa estadounidense denominada General Electric (GE) vendió algunos modelos de televisores a color que, debido a un defecto en la fabricación, emitían cantidades excesivas de radiación. De hecho, esta radiación era hasta 100.000 veces más de lo que las autoridades sanitarias consideraban seguro.
Aunque en el siguiente lote de fabricación se logró reparar el fallo en los casi 90.000 televisores, existía la posibilidad de que muchos hogares todavía siguiesen utilizando estos televisores. Por ello, el Centro Nacional de Salud Radiológica en Rockville instó a los usuarios a revisar si tenían en sus hogares estas teles dañadas y a ponerse en contacto con el servicio técnico para reparar el fallo. Hasta que este error no se solucionase recomendaban sentarse a ver la tele a una distancia prudente.
Las consecuencias de la radiación
En algunos exámenes que se hicieron entonces, los usuarios que se sentaban cerca de la tele durante gran cantidad de horas sufrían tal nivel de radiación en su cuerpo que hacía que la piel se les enrojeciera causando dolor. Por otra parte, se observó que la radiación se dirigía más hacia abajo, por lo que quienes la tenía apoyada directamente en el suelo no parecían verse afectados.
A pesar de que después de este fallo los televisores ya no emitían radiaciones, la realidad es que sentarse demasiado cerca de la televisión sí puede llegar a afectar a la vista, pero no provocar un grave daño en esta. Según los expertos, ver la televisión durante largas jornadas puede provocar fatiga visual, especialmente si se hace desde muy cerca.
En cualquier caso, situarse demasiado cerca o si la pantalla es excesivamente grande, hace que no podamos ver de un solo vistazo toda la superficie de esta, dando lugar al efecto "partido de tenis", según el cual debemos mover la cabeza constantemente para no perder ningún detalle de la imagen. La consecuencia de esto son problemas en la zona del cuello y la espalda.
Cuál es la distancia ideal
Por regla general, la distancia mínima de visionado habitual es de tres veces la altura del televisor o 1,6 veces la diagonal de una pantalla de 16:9. Si la habitación en la que te encuentras no permite que te sitúes a un mínimo de 2 metros o más, lo ideal es que tu pantalla no supere las 50 pulgadas.
Relacionados
- Cómo saber si unas gafas de sol son buenas para la vista: el truco que recomiendan los expertos para no dañar los ojos
- Qué significa que algunas personas puedan desenfocar la vista a propósito, según los oftalmólogos
- Lo que un oftalmólogo opina sobre las operaciones de presbicia o vista cansada: "Los pacientes pueden conducir o volver al trabajo al día siguiente"
- La moda que demuestra que lo barato sale caro: la mitad de las gafas graduadas compradas por Internet causan problemas de vista