
"El mercado bajista de bonos se ha confirmado". Esta es la afirmación que realizaba el gurú de la renta fija, Bill Gross, a través de la cuenta de Twitter de Janus Henderson, inyectando el temor en un mercado de bonos que lleva siendo alcista casi 3 décadas. La rentabilidad de la deuda alemana alcanza máximos de octubre y la del treasury estadounidense toca máximos de marzo.
"Las tendencias de 25 años en la deuda con vencimiento a 5 y 10 años se han roto", explicaba Gross. Unos días antes, el carismático gestor ya había lanzado una advertencia a través del mismo medio: "No me gusta el tono del mercado de bonos a pesar de unos datos de empleo más débiles. La deuda de Reino Unido y el Bund están más débiles, lo que lleva a una tendencia similar al bono americano", aseguraba.
Lo cierto es que desde el arranque del año la rentabilidad exigida en el mercado a la deuda norteamericana ha subido en 18 puntos básicos. Mientras, el rendimiento de la renta fija alemana ha subido en 11 puntos básicos -escalando a máximos de julio de 2016- y el de la de Reino Unido en 9,5 puntos básicos. El repunte de la curva está beneficiando a la prima de riesgo de España.
Los analistas se han cansado de advertir de una burbuja en el mercado de bonos durante años que nunca ha llegado a estallar. Pero con la retirada de estímulos por parte de los grandes bancos centrales mundiales en marcha, lo que sí que se atreven a pronosticar es un mal año para la deuda y subidas continuas aunque controladas de la rentabilidad. Frenazo en las bolsas por temor a un 'pinchazo' de la deuda soberana.
Y es que tras muchos años de políticas monetarias expansivas, las tornas están empezando a cambiar. "Esperamos que los tipos aumenten de manera gradual a lo largo de la mayor parte de mercados desarrollados en 2018", explican en Citi, donde esperan subidas del precio del dinero en EEUU, Canadá, Reino Unido, Noruega, Suecia, Nueva Zelanda y Australia.
Y, además, con la Fed dejando de reinvertir sus vencimientos de manera gradual y con el BCE y el Banco de Japón reduciendo sus compras -en el caso del primero con la expectativa de que incluso las acabe a partir de septiembre-, las adquisiciones netas de los bancos centrales pasarán a ser negativas antes de fin de año. El Banco de Japón recorta las compras de deuda y desata los rumores de una retirada de estímulos.
De este modo, si las autoridades monetarias han sido las que han controlado el mercado de deuda durante los últimos años con las compras de activos, su retirada hace que el riesgo crezca sensiblemente.
"Pensamos que la transición será difícil porque, simplemente, las valoraciones iniciales son muy altas. Sería mucho más fácil que los fundamentales se hiciese cargo de la liquidez que retiran los bancos centrales si las valoraciones que necesitan justificar no estuviesen cerca de las más altas que hemos visto nunca", reflexionan en la entidad norteamericana.
El bono norteamericano
A pesar de la subida de rentabilidad que ha experimentado el bono estadounidense en el arranque de año, su rendimiento sigue en los niveles en los que estaba antes de que los tipos hubiesen subido en varias ocasiones. Y los expertos creen que, con los fundamentales actuales, esto tendrá que cambiar. China agita la deuda de EEUU.
"Cada día, un sin fin de factores giran los mercados de bonos. Sin embargo, los fundamentales clave son los que mueven la tendencia subyacente y creemos que estos están en posición de elevar las rentabilidades de la deuda de EEUU en 2018", señalan en Wells Fargo. Así, en la entidad señalan 3 palancas que provocaran esto: Una aceleración continua del PIB y los precios, los planes de subidas de tipos y reducción de la balance de la Fed y el aumento de las emisiones esperado para los próximos años.