Política

Dos de cada tres votantes en la consulta de Podemos avalan a Iglesias y Montero

  • Más de 188.000 militantes participaron en el plebiscito sobre el chalet
  • Ha sido la consulta con más participación hasta la fecha en Podemos
Iglesias y Montero. Foto: Archivo

Dos de cada tres votantes en la consulta de Podemos, el 68,42% exactamente, han avalado la continuidad del secretario general de la formación, Pablo Iglesias, y de la portavoz parlamentaria, Irene Montero, tras la polémica del chalé, en una votación que ha superado en 33.000 personas la de Vistalegre. A través de su perfil en Facebook, el secretario de Organización de la formación morada, Pablo Echenique, ha compartido los resultados de la consulta, en la que han participado 188.176 personas. Un 31,58% rechazó la continuidad de los dos líderes.

La votación -que se abrió el martes y terminaba este domingo- buscaba dirimir la polémica que afecta al partido y a sus dos principales dirigentes, tras la decisión de la pareja de comprarse una casa en Galapagar por más de 600.000 euros, que ha desatado las críticas internas, sobre todo en el sector anticapitalista.

Tras el respaldo de las bases, Iglesias publicó ayer un carta abierta en la que confirma su continuidad al mando de su partido, pese a que un tercio de ellos le dieron la espalda. "Mi obligación es seguir al frente de Podemos", indicó tras señalar que toma nota del mensaje del 30% de inscritos que no nos han apoyado".

La consulta se cerraba ayer domingo a las 14 horas con miles de participantes que daban respuesta a la pregunta: "¿Consideras que Pablo Iglesias e Irene Montero deben seguir al frente de la Secretaría General y de la Portavocía parlamentaria de Podemos?".

Así, ha sido la más participativa hasta la fecha en Podemos, superando en 33.000 personas a la de Vistalegre II, cuando Iglesias revalidó la Secretaría General. En esa ocasión, el líder del partido obtuvo un 89% (128.700 votos), frente al 68% (128.300 votos) que han avalado la continuidad de ambos dirigentes.

La dirección del partido confiaba previamente en zanjar la polémica y acallar las críticas internas, sobre todo en el sector anticapitalista. El propio Iglesias se mostró a finales de semana optimista y auguraba una buena participación en la consulta que él mismo convocó el pasado sábado, para que fueran los militantes los que decidieran si deben continuar liderando Podemos o si, por el contrario, su credibilidad se ha visto cuestionada y debían dimitir. Para reforzar su mensaje, la dirección de Podemos realizó una intensa campaña sobre las bases a través de las redes sociales.

La participación resultaba clave, sobre todo desde el momento en que el secretario general afirmó que de ser "baja", la votación deberá considerarse un "fracaso", y eso les obligaría a dimitir, aunque ganara el 'sí'. Por ello, además del órdago de Iglesias, los principales dirigentes de Podemos, especialmente los llamados pablistas -los que se alinean con las tesis de Iglesias-, se han volcado desde que se abrieran la votación online en pedir no sólo apoyo a la continuidad de los líderes morados sino también una participación "masiva".

En las vísperas de la consulta, ni Pablo Iglesias ni nadie de su equipo quisieron fijar una cifra concreta que pueda servir después de referencia para cumplir su compromiso de dar un paso atrás, aunque la mayoría de participantes hayan votado por su continuidad. Esta tarea de fijar un umbral corresponderá, según señaló Iglesias, a los medios de comunicación que interpreten los resultados.

Podemos registró su récord de participación en la Asamblea de Vistalegre II de febrero del año pasado. En concreto, más de 150.000 simpatizantes votaron para renovar los estatutos y nombrar a la nueva dirección, es decir, el 33% de los alrededor de 455.000 llamados a votar. En aquel congreso, Iglesias también revalidó su liderazgo, con un total del 128.700 votos -el 89% de los más de 155.000 votos emitidos en las primarias-.

La pareja de dirigentes, que serán padres de mellizos en otoño, ha negado en todo momento que la referida operación inmobiliaria suponga una incoherencia con el discurso que mantienen y los postulados que defiende Podemos.

Así, el pasado miércoles Iglesias se reafirmó en que no habían cometido ningún error, y aseguró que "jamás" se han planteando renunciar a la casa. En una carta conjunta que remitieron a sus bases al día siguiente de hacerse pública la compra, explicaron que lo que les ha llevado a tomar esta decisión es la necesidad de "poder cuidar" a sus futuros hijos en "una casa en el campo" y "con algo de intimidad", protegidos de la alta exposición mediática que sufren ambos.

No obstante, su decisión ha generado malestar entre sus militantes y también entre algunos sectores del partido, principalmente entre los anticapitalistas -la corriente más a la izquierda del partido-, abanderados por el alcalde de Cádiz, José María González Kichi, el primer cargo público de Podemos que le afeó a Iglesias su decisión.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky