
Podemos le pesa a Pablo Iglesias. El secretario general de la formación morada plantea un cambio de nombre para la marca de cara a las elecciones autonómicas de 2019 y a las generales de 2020 para presentarse a las urnas libres de los desencuentros internos que han desteñido el proyecto inicial.
Según publica elperiodico.com, con esta estrategia se busca un lavado de cara que borre los últimos meses, por lo que el nuevo nombre no tendría que ver en concreto con los resultados de las elecciones catalanas del 21D.
Iglesias busca desde hace meses dejar atrás Vistalegre II, donde se evidenció una división interna casi insuperable, o el fulminante golpe al ala 'errejonista', que gana solidez en la Comunidad de Madrid de cara a 2019.
Además, el cambio de nombre se plantea como antídoto a los malos augurios que anuncian las encuestas; la publicada recientemente por El Español resta 22 escaños al grupo morado, dejándole en 49. También está a la baja la fidelidad de voto, en torno al 60%.
Esta tendencia se acentuó especialmente después de que Iglesias ganara a Errejón el liderazgo del partido en febrero de 2017. Tampoco las encuestas sobre líderes dan un respiro a Podemos. Iglesias es ahora el dirigente peor valorado de los cuatro partidos más fuertes, escenario que hace pensar desde algún bando que sea Iglesias quien pese a Podemos.
El núcleo duro de Iglesias apoya esta idea, de la que por el momento no ha trascendido más. No les seguirán los grupos municipales que presentan otros nombres desde que en 2015 Podemos les negara el logo para concurrir a las urnas.
Criba en órganos municipales
En otro intento de dar realismo a la situación actual, el partido ha iniciado el proceso para renovar sus órganos municipales y adaptarlos al número de militantes reales en cada localidad. Primarán la "participación sobre la representación" para evitar direcciones que "solo se representen a sí mismas".
Para llevar a cabo la criba se atenderá a los nuevos estatutos que surgieron de Vistalegre II. El reglamento anunciado por la Secretaría de Organización, de 27 páginas, endurece los requisitos para conformar órganos municipales, algo que fulminará parte de los Consejos Ciudadanos Municipales de 2015. En enero de ese año se constituyeron 770 direcciones municipales en las localidades en las que el partido contaba con más de 100 inscritos.