
El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Alfonso Dastis, ha asegurado este miércoles que el Gobierno está abierto a celebrar un referéndum en toda España en el que se preguntaría sobre una posible reforma Constitucional para permitir una consultar legal en Cataluña.
Dastis ha explicado, en una entrevista para la BBC, que se está valorando la creación de una comisión parlamentaria que explorará "la posibilidad de reformar la Constitución para poder acomodarla mejor a las aspiraciones de una parte del pueblo catalán".
"Estamos dispuestos, reconocemos que hay una situación política que merece ser estudiada", ha insistido. Eso sí, ha dejado claro que la decisión sobre una reforma constitucional "la tienen que tomar todos los españoles".
En relación a esto, Dastis ha retuiteado al periodista de la BBC Galvin Lee el siguiente mensaje: "El Ministerio de Asuntos Exteriores de España ha dicho que el Gobierno considerará un referéndum para cambiar la Constitución, para permitir un referéndum legal sobre la independencia catalana".
Por otro lado, Dastis ha dicho que no puede tener "ninguna compasión" por el expresidente catalán, Carles Puigdemont, "un político que tan descaradamente ha ignorado el sistema al que debe su propia legitimidad política". En este sentido, ha abierto la puerta a una posible reforma de la Constitución para acomodarla mejor a las aspiraciones de una parte del pueblo catalán.
"No creo que pueda tener compasión por una persona que de forma voluntaria ha tenido un comportamiento que pone en cuestión, en primer lugar, la democracia en Cataluña". Dastis rechaza que pueda calificarse de "Domingo sangriento" el pasado 1 de octubre en Cataluña, cuando la Guardia Civil trató de impedir el referéndum independentista que había sido suspendido por el Constitucional. Eso sí, ha añadido que no niega que "hubo imágenes feas" que no querría ver repetirse.
En inglés, la expresión 'Bloody Sunday' se utiliza para referirse 30 de enero de 1972, cuando 14 personas murieron por disparos del ejército británico tras una protesta en Derry, Irlanda del Norte.