
El Gobierno de Mariano Rajoy sigue sin desgranar todas las pistas sobre las medidas que tomará de aquí al 1 de octubre y enfrentarse así al desafío soberanista. Sin embargo, ayer, desde el cuartel general del Partido Popular se llegó a admitir que la aplicación del artículo 155 de la Constitución -por cierto, demasiado demonizado por el Partido Socialista, según Génova 13- podría ser la "vacuna" para frenar este reto que ahora afecta a Cataluña, y que se puede repetir en los próximos años, igual que la Constitución fue la vacuna para la situación vivida en el año 1978.
Sobre todo -incide el partido en el Gobierno-, cuando el independentismo acaba de afirmar que pase lo que pase el domingo de marras el soberanismo no se va a detener el 2-O.
Con esta declaración de intenciones, el Partido Socialista sorprendía ayer con un movimiento de última hora. El portavoz del PSOE, Óscar Puente, evitaba expresar un no rotundo a la aplicación del artículo 155. Comprendía la dificultad de la adopción constitucional, y aun no estando de acuerdo con algunas medidas tomadas por el Gobierno para hacer frente al desafío soberanista, ponderó su apoyo, porque "por encima de todo" -recordaron los socialistas- está la defensa del Estado de Derecho ante este "desafío importante a la soberanía nacional".
Conocidas las afirmaciones de Ferraz, lo que supone una rebaja del veto al artículo 155, que en principio había quedado establecido en julio por Margarita Robles, portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, el PP aplaudía el nuevo posicionamiento del PSOE destacando la filosofía del artículo que es la de "preservar" una comunidad que ha sido dilapidada, indicó el PP.
Fuentes de Ciudadanos en el Parlamento, consultadas por elEconomista, también se sumaron ayer a una medida que ha atravesado varias fases. La formación naranja deja claro que su posición no dependerá nunca del PSOE, que no son contrarios a la aplicación del 155, y que el veto, en el caso del bloque constitucionalista, siempre ha venido de parte de los socialistas, no se sabe si para no aparecer en un mismo bloque con PP y C's, o porque esperan ser los protagonistas de su giro político. No obstante, recuerdan, la aplicación de la medida sólo depende del Gobierno de Mariano Rajoy, quien cuenta con mayoría absoluta en el Senado.
Entender la lectura
Aunque solo quedan cuatro días para activar los mecanismos del controvertido artículo -que tal y como explican a elEconomista fuentes del PP en el Senado, exige el requerimiento previo a Carles Puigdemont, una comisión extraordinaria y un pleno en la Cámara Alta-, Casado parte de la hipótesis de que el PSOE ha hecho una lectura más exhaustiva del citado artículo, lo que no le impide valorar el giro de los socialistas, alegando que no es bueno desarmarse preventivamente frente al desafío soberanista.
Refiriéndose a las palabras del portavoz socialista, Óscar Puente, Casado remarcó el permanente cauce de comunicación que actualmente se ha establecido entre el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, y el jefe de la oposición, Pedro Sánchez. Una comunicación que, a criterio del popular, es activa, importante y subraya la responsabilidad del PSOE en todo lo relativo al desafío soberanista, más allá de que cada partido tenga luego sus matices y sus soluciones, donde entran en juego los términos de plurinacionalidad o la visión federalista que postula el PSOE.
Sin precisar acuerdos entre populares y socialistas sobre este asunto, Casado aceptó la posibilidad de un futuro pacto entre PP, PSC y Ciudadanos para desbancar a los separatistas del Govern de Cataluña, en el caso de que Podemos se abstuviera y esta situación derivara en unas elecciones autonómicas. Además, Casado advirtió a quienes se saltan la ley que no les va a salir gratis.