
El mercado te da lecturas más sencillas que las de la política". La frase es de uno de esos gestores a la hora del café de este jueves, cuando corroboramos - aunque quedase la votación del viernes- que Pedro Sánchez iba a sustituir a Mariano Rajoy en la Moncloa. El gestor en cuestión, como la mayoría, es de los que explica que estaba aprovechando las jornadas de retrocesos, y su liquidez para comprar algo. Pero, como otros muchos también, estaba contenido, porque lo que el mercado te da, los políticos te lo quitan. Una cosa es formar gobiernos, y otra que estos se sustenten en el desgobierno.
En el caso español, el Ibex se fue el jueves hasta el soporte del rango en el que debería moverse -los mínimos anuales y máximos anuales-. Al escenario potencialmente de zona de compra se ha llegado por la inexistencia de gobiernos en Italia y España. Pro-blema ya resuelto, con todas las sombras que se quieran ver. Italia y España habían adelantado mínimos anuales, que mercados directores -Wall Street o Alemania- dejan a más de un 5 por ciento. Puede que haya sido el momento óptimo de comprar, pero tiene todavía mayores posibilidades pensar que el suelo del Ibex es todavía endeble, si Europa y Wall Street se van a mínimos, mientras Trump juega al palo y la zanahoria en su negociación con China.
Lo que van a hacer los gestores de bolsa, con el 10 por ciento de liquidez que tienen (no pensemos que cuentan con mucho más para aprovechar este entorno de mercado) es com- prar más de aquello que ya les gusta. La mis-ma estrategia de cigarra que el inversor particular construye cuando suceden escenarios bursátiles como el actual. Para este ahorrador de largo plazo, menos palabras y más números. Basta la foto de lo que ha ocurrido en las seis compañías que más accionistas tienen. En el Santander se ha podido comprar el dividendo con un 5 por ciento de rentabilidad, cuando en máximos del año rentaba solo el 3,8; en Telefónica, al 5,3 por ciento frente al 4,7; en BBVA, al 4,6 por ciento frente al 3,5 por ciento; en Caixabank, al 5 por ciento frente al 4,1; en Iberdrola, al 5,4 por ciento frente al 4,9; en Repsol, al 5,5 por ciento frente al 5,2 por ciento.
Leyendo esta retahíla de oportunidades pensará que ha perdido una oportunidad extraordinaria de garantizarse un dividendo muy atractivo. Sin embargo, puede pensar, como lo hace un gran inversor que tiene que buscar altas retribuciones, como es el caso de Criteria, necesitada, con casi 4.000 mi-llones de euros bajo el brazo, de sacar una rentabilidad en torno al 5 por ciento, como le proporcionaba la participación de Abertis. Por este motivo, está con la escopeta cargada para pegarle tiros a Telefónica, de la que controla ya el 0,6 por ciento del capital. En cuanto el título baja a niveles de retribución del 5 por ciento (con sus 40 céntimos de dividendo)... disparo. No será nada extraño que Criteria pegue más tiros a Telefónica en próximas crisis bursátiles.