Opinión

Violencia es cobrar 600 euros

  • Las mujeres tardarán 118 años en ganar tanto como los hombres
Manifestación del 7N contra la violencia machista. EFE

¿Está usted contra el machismo? Sí, claro, solo que no está dispuesto a hacer nada para extinguirlo. Nada efectivo, quiero decir. Claro que usted, como yo, cambiará su imagen de perfil en Facebook y llevará un lazo en la solapa siempre que la ocasión lo requiera, pero hacer políticas al respecto es otro cantar. España, a la cabeza de la desigualdad.

El discurso del poder, que siempre tiene género masculino, ha procurado circunscribir el debate sobre la violencia machista al ambito de la "violencia" y no al del machismo. Porque las violencias de todo tipo son aborrecibles y porque, a diferencia del machismo, amenazan el 'statu quo'. El machismo, sin embargo, es el 'statu quo'.

Hoy se "celebra" el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y no hay político que no se haga una foto con la asociación de turno. Se agradece. Pero, como rezaba el célebre lema 'quincemayista', "Violencia es cobrar 600 euros". Violencia es, también, cobrar 600 euros. La pancarta no era solo una ocurrencia sino un esfuerzo por redefinir la violencia que en estos tiempos de crisis tiene un eminente sesgo económico. Por la vía de la asfixia económica igual se tumba un Estado que se abofetea impunemente a una mujer. Y hay demasiadas mujeres al borde de la asfixia.

Los datos de la brecha

Según el último decil de salarios del INE, el 65,7% de los asalariados varones ingresaron más de 2.173,5 euros mensuales en 2014, frente al 24% de las mujeres. En cambio, en los salarios más bajos ocurre al contrario. El 41% de las mujeres tuvo un salario inferior a los 1.221 euros, frente al 19,7% de los varones. La explicación, ellas trabajan más a tiempo parcial, con contratos temporales y en ramas de actividad peor remuneradas. Según un reciente estudio del Foro Económico Mundial, las mujeres tardarán 118 años en ganar tanto como los hombres.

Y un dato más, este especialmente doloroso: en la última Encuesta de Población Activa (EPA) 'desaparecieron' 100.000 mujeres del mercado laboral mientras aumentaba en más de 5.000 el número de hombres activos ¿a dónde fueron? A sus casas, a dedicarse a las labores del hogar (y esto es también un dato estadístico, no una intuición), porque sus maridos habían encontrado empleo. Y otro, en España se han disfrutado este año 51 permisos de maternidad por cada permiso de paternidad.

Y alguien podrá decir que no será porque no lo intentamos y que, igualados en la ley, no queda más que la competencia de méritos. Es decir, que si hay igualdad de derechos pero las mujeres cobran menos y si la meritocracia funciona pero ellas nunca llegan a directivas, la única conclusión posible es que las mujeres son verdaderamente inferiores. No, no lo son. Dado que el poder tiende a reafirmarse (y puede hacerlo) la brecha de género tiene solo una solución, la discriminación positiva, que es en esencia el reconocimiento por parte del poder de una desventaja injusta y la disposición de los medios necesarios para suprimirla. En España, la discriminación positiva es tan tímida que apenas ha conseguido cronificar la desigualdad, ni de lejos acabar con ella.

La violencia machista no son las 48 dramáticas muertes que contamos este año en España, no. Las muertes no son "el problema" sino la consecuencia del problema, el corolario a una sociedad presuntamente igualitaria pero persistentemente machista que mantiene a las mujeres infrarepresentadas en cada ámbito de poder existente, sometidas cultural y económicamente.

Ya sé cómo canta Pablo, cómo baila Soraya y lo guapos que son Pedro y Albert. Lo que no sé es qué diablos piensan hacer frente al machismo, porque parece no ser asunto relevante en esta campaña plagada de sonrisas, malabaristas y propuestas 'a la gallega'.

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