Opinión

¿Se evitaría el rescate si los mercados confiaran en España?

Lucio A. Muñoz es socio director de Eurogroup Human Resources.

La economía knockoff es el título de un libro (agosto de 2012) escrito por los profesores de derecho Kal Raustiala (UCLA Law School) y Christopher Sprigman (Universidad de Virginia). Los autores de la citada obra argumentan en la misma que los conceptos "innovación" e "imitación" no son excluyentes sino que ambos pueden coexistir y retroalimentarse mutuamente.

Raustiala y Sprigman, en contra de las creencias tradicionales, sostienen que la innovación sobrevive a la imitación y, a su vez, la imitación aporta valor y promueve la innovación. El libro analiza, consecuentemente, la íntima relación y el punto de equilibrio exacto que debe existir entre la innovación y la imitación.

Igualmente, estos docentes plantean una cuestión altamente provocadora: ¿los derechos de la propiedad intelectual destruyen o protegen la innovación? La imitación, evidentemente, tiene cierta capacidad destructora (por ese motivo existen, con mayor o menor acierto regulador, las patentes o los derechos de autor). No obstante, la imitación también tiene un lado productivo, puesto que se configura como un elemento esencial en el proceso de innovación.

Toca reinventar el sistema político

En el ámbito empresarial y, concretamente, en el sector de la moda, determinadas compañías exitosas no sólo sobreviven a las imitaciones, sino que las mismas les ayudan a potenciar la innovación y, por ende, a reinventarse continuamente. Así, en relación con lo anterior y en el entorno de la política, ¿debería España hacer uso de la innovación al objeto de reinventar su sistema político actual o imitar a otros países dotados de mayor tradición democrática?

La mayoría de los españoles apuesta por una profunda reforma tanto de nuestro corrupto sistema político (partitocracia) como de la actual megaestructura administrativa derivada del Estado de las autonomías. ¿No crece la economía de España por su insostenible estado autonómico? ¿Es este mastodóntico modelo una de las causas por las que la economía se encuentra en recesión? ¿La axfisiante presión fiscal, causante del empobrecimiento de millones de españoles, está relacionada con el sostenimiento de nuestra super Administración?

Mientras el gran chiringuito político autonómico protege del frío a los privilegiados del sistema (la casta política), las pymes, los autónomos y las familias se encuentran en la intemperie. ¿A alguien le sorprende que los mercados desconfíen de España y, por supuesto, de unos gestores políticos cuyo único objetivo es mantener los privilegios de la casta?

El Gobierno español no desea solicitar el rescate en el caso que dicha solicitud lleve implícita la aceptación de nuevas y duras condiciones impuestas por la troika. Sin embargo, en cuanto los mercados perciban señales que indiquen que España no tiene intención de pedir el rescate, la tregua llegará a su fin y, en consecuencia, nuestra prima de riesgo volverá a situarse en un nivel insostenible (de intervención obligada). Indudablemente, los mercados están al acecho y no dudarán en saltar a por su presa si el BCE no interviene.

¿Qué pasaría si los mercados confiaran en España? Ciertamente, en este caso, nuestro país no tendría que pedir el rescate y, por tanto, no haría falta una intervención por parte del BCE.

Pero los mercados no se fiarán jamás de un país tan corrupto como España, con una deuda impagable, un gasto público inasumible, un déficit desbordado... Pero sobre todo, un despilfarrador Estado autonómico que no se soporta a si mismo y en el que uno de sus hijos (Cataluña) amenaza con marcharse para siempre de casa aunque pidiéndole antes la paga a papá Estado central.

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