La industria española de componentes de la automoción se ha visto impactada por el frenazo que vive el mercado mundial del automóvil. En 2024, las empresas que componen a la Asociación Español de Proveedores de Automoción (Sernauto) redujeron un 0,7% respecto al año anterior, totalizando 41.238 millones de euros. Ante este panorama de "desaceleración", el sector pide al Gobierno que impulse un Plan Auto Industrial y un plan para la renovación del parque vehicular que estimule la demanda de vehículos en España.
"Vamos a ver en el próximo año las palancas que se puedan activar desde Europa con ese Diálogo Estratégico de Automoción; además de las medidas que se puedan implantar en España con un Plan Auto Industria del año 2030 a 2035 y las ayudas de I+D+i; y esa colaboración público-privada a través de los Pertes. (También se necesita) una Ley de Industria, que deseamos que sea realmente un instrumento efectivo y que no sea una continuidad de la existente de 1992 y que recoja las herramientas, los instrumentos que necesita el sector para obtener ese 9,5% del PIB y si es posible incrementarlo", ha dicho José Portilla, director general de Sernauto en la presentación de los datos anuales del sector este miércoles.
La industria auxiliar avisa que ha llegado a un punto de inflexión tras dos años de crecimiento, ya que durante el año pasado su inversión en capacidades productivas cayó un 12,3% interanual hasta los 1.466 millones de euros. Y, a pesar de que mantuvieron su facturación por encima de los 40.000 millones, señalan que han entrado en una fase de ralentización tras dos años de consecutivo crecimiento, un 10,3% más un 2023 y un 17,8% en 2022.
Además, el año pasado cayeron un 0,3% las exportaciones de los fabricantes de componentes, hasta alcanzar una facturación de 25.065 millones de euros, representando cerca del 60% de la facturación. En el mercado nacional, la cifra de negocio fue de 16.174 millones de euros, con una evolución dispar, ya que la cadena de suministro cayó un 6,7%, hasta los 9.141 millones, mientras que el mercado de recambios creció un 7,3%, hasta los 6.755 millones.
Por otro lado, en cuestiones de empleo, el sector de los componentes ocupó a un total de 325.200 personas de forma directa e indirectamente. Aunque el empleo directo descendió ligeramente, un 0,7% anual, empleando a 203.250 trabajadores. Mientras tanto, la inversión en I+D+i, que fue un 3% de la facturación, durante el año pasado se redujo un 2% anual, a los 1.245 millones, un descenso marcado por el impacto de "la transformación sin precedentes, marcada por la descarbonización, la digitalización y las exigencias regulatorias", según ha señalado el presidente de Sernauto, Francisco J. Riberas, que deja la silla el 1 de julio.
Las empresas de la industria auxiliar española del automóvil, que cuentan sus negocios e ingresos en 170 países en cinco continentes, se han enfrentado a una compleja situación de caída de la demanda mundial de vehículos, una reconfiguración del mercado, con desinversiones de los grandes grupos fabricantes que trasladan sus cadenas de valor a otros países, y una transformación incipiente de la industria hacia la electromovilidad.
Este panorama ha hecho que desde la patronal del sector de componente hagan un doble llamamiento a la acción. En el plano nacional, ha pedido al Gobierno impulsar también un Plan Renove —como lo hizo el pasado martes la patronal de concesionarios Faconauto— que estimule el mercado de automóviles en España, y en el internacional a la Comisión Europea, que se encuentra en medio del diálogo con los grandes grupos de fabricantes, le han solicitado que desarrolle mecanismos de ayuda a la industria que faciliten a los grandes grupos de automoción el anclarse en el continente.
"Entendemos que las soluciones para esta situación que estamos viviendo en Europa, tienen que venir de Europa, no solamente pasa por los mecanismos que activen los diferentes países en temas de tecnología, que también tienen sus propias restricciones en los mecanismos de ayuda de los Estados, pero que tiene que ser la UE la que tiene una respuesta contundente en aquellas áreas que tenemos que poner foco para fundamentalmente anclar la industria en el continente, en lo que se llama la autonomía estratégica, competitiva y sostenible", ha subrayado Portilla.
Crecimiento 0% en facturación este año
La previsión para este año tampoco es halagüeña. Desde Sernauto, esperan que la facturación del sector se mantenga en los mismos números que la del ejercicio pasado, con un panorama que combina la ralentización de la industria motivada por volúmenes bajos de producción, márgenes ajustados y rentabilidad baja, y al que se le suma este año incertidumbre en el comercio global azuzada por la política arancelaria de Donald Trump. De hecho, en la patronal esperan que la producción de vehículos se reduzca en 1,5 millones de unidades a nivel mundial, con una caída de 900.000 vehículos solamente en Estados Unidos.
La industria auxiliar del automóvil exportó 1.021 millones de euros en facturación a Estados Unidos el año pasado, siendo su octavo mercado de destino, una cifra que puede verse afectada este año por los gravámenes impuestos a las importaciones de componentes de automoción. "Nosotros estamos esperanzados con las informaciones que vienen de Europa; con ese diálogo se ha abierto entre las dos Administraciones, para que se llegue a un acuerdo", ha comentado el director general de Sernauto.
Aun así, ha recordado que de los 25.065 millones de euros que ingresaron por exportaciones, 16.655 millones provenían de Europa, y en concreto, 3.950 millones fueron de Alemania y 3.840 millones de Francia. "Donde se pueden ver afectados los componentes españoles es en estos dos países. Porque pasan a ser montados en vehículos que luego se venden en Estados Unidos. Si estos no son vendidos o baja su cifra de ventas, se va a penalizar también a los componentes españoles. Por lo tanto, preocupación, sí, pero estamos atentos a ver cómo se desarrolla este diálogo entre la Unión Europea y la Administración estadounidense".
A la cuestión sobre que algunas empresas del sector miren a otras industrias en auge como la de Defensa para incrementar su negocio, Riberas ha dicho que aunque "se podrían tener sinergias", la industria de automoción "está viva y fuerte" en España, y articular un ecosistema con un sector como el de la defensa "es una cosa de muchos años". Aun así, ha afirmado que las empresas del sector están "en contacto" y encajando "necesidades puntuales" con "capacidades específicas" de cada una de las compañías.
Con vistas a mercados en el Este
Con las puertas al mercado estadounidense cerrándose, los fabricantes de componentes, que generaron un 4% del valor agregado bruto de la economía española, han comenzado a mirar hacia el este. Riberas ha comentado que las empresas españolas del sector están observando con interés a países como "Rumanía", "Turquía", "la India", e incluso "Brasil"; y en general a sitios "donde se está hablando de instalación de capacidades productivas", y sobre todo regiones donde los grandes grupos fabricantes chinos, como BYD están desarrollando plantas, como en Hungría.
En este sentido, sobre cómo puede el sector auxiliar aprovechar mejor la implantación de los fabricantes chinos en Europa que, para esquivar los aranceles de Bruselas, comienzan colocar plantas en el continente, Riberas ha recordado el caso de Chery Group en la Zona Franca de Barcelona, pero ha dicho que estas instalaciones debe de generar un valor mayor para el ecosistema de automoción local con la apertura de estas fábricas.
"Los coches chinos, si quieren entrar en Europa, se deben de volver europeos. El contacto no va solamente con ensamblar coches que vienen desde China. Eso no tendría un valor de localización suficiente. Entiendo que cuando al final se vean las medidas claras de los aranceles, se debe exigir un valor de localización suficiente sobre los fabricantes chinos", ha insistido Riberas.