Madrid
El yuan chino vuelve a ser noticia, al caer hasta niveles no vistos en más de un año, desde julio de año pasado. En concreto, la divisa llegó a ceder un 1,26% durante la jornada, tocando los 0,146 dólares, o lo que es igual, los 6,786 yuanes por dólar. Eso sí, tras las conocerse las declaraciones de Donald Trump, la divisa china recuperó parte de lo perdido, hasta quedar en el entorno de los los 6,77 yuanes por dólar, con una caída diaria del 0,8%.
Las caídas están siendo fuertes durante el último mes: la moneda china cede un 5,7% desde los máximos de junio, lastrada por el aumento de las tensiones comerciales y el miedo que está generando esto entre los inversores. Según parece, China está haciendo pocos esfuerzos para frenar las caídas de la divisa: en junio las caídas fueron fuertes y, sin embargo, la reserva de divisas extranjeras del país creció ligeramente, mostrando que el gobierno no había hecho gran uso de ella para comprar yuanes y evitar su depreciación. Es más, ayer fue el primer día de toda esta última crisis en el que el Banco Popular de China ha fijado el precio de apertura del yuan por encima de los 6,7 yuanes por dólar.
La debilidad reciente de la divisa no parece ser responsabilidad del gobierno. Desde Monex Europe señalan cómo "las últimas caídas del yuan suponen el periodo de depreciación más rápida desde el año 2015. Se ha originado por ele riesgo que existe de que empiece una guerra comercial entre China y Estados Unidos, y ha sido conducido por las fuerzas del mercado", explica la firma, que añade a las causas de las caídas "el miedo a una ralentización global en el crecimiento y el impacto que las medidas proteccionistas pueden tener en una economía orientada a las exportaciones".
Además, según se explica desde Bloomberg, el regulador bancario del país asiático ha destacado que está ofreciendo liquidez a las entidades del país y dándole instrucciones de que incrementen los préstamos, un aumento de las políticas acomodaticias que parece encajar con la intención de permitir que el yuan sigue depreciándose.