
El hecho de que los ETFs cuenten con una discriminación fiscal con respecto a los fondos (los traspasos de estos últimos no tienen coste fiscal) no ha impedido que en los últimos años varias firmas de gestión pasiva hayan desembarcado en España (State Street, UBS o J.P. Morgan AM son algunas de las últimas; mientras que Lyxor ha anunciado precios ultra competitivos) ante el potencial que ofrece un mercado que, de momento, sigue estando concentrado en un 90% en inversores institucionales.
Los datos que publica VDOS Stochastics avalan ese éxito ya que calculan que a cierre del pasado ejercicio las diez grandes gestoras españolas tenían invertidos en fondos cotizados 12.977 millones de euros (o lo que es lo mismo, un 6% de su patrimonio). Lo que supone un crecimiento del 20% con respecto a 2016.
En este espectacular incremento mucho tiene que ver que haya, además, varias grandes gestoras que han duplicado su inversión en estos productos, cuyo atractivo se limita a replicar a un índice con unos costes muy competitivos. Es el caso, por ejemplo, de firmas como Sabadell o KutxaBank y, sobre todo, de Bankinter, que ya cuenta con 176 millones de euros de su patrimonio invertido en ETFs, casi tres veces más de lo que tenía a finales de 2016. Eso sí, si se analiza el porcentaje que suponen estos vehículos sobre el total del patrimonio, los nombres que hay que resaltar son los de CaixaBank y BBVA, ya que los fondos cotizados ya acaparan el 10% de todo el patrimonio que tienen en fondos (ver gráfico).
Pero estas cifras pueden quedarse pequeñas si finalmente los brókeres, entre los que se incluyen los que están en manos de los grandes bancos, adaptan sus sistemas para tratar fiscalmente al ETF como un fondo, como ya permite Allfunds, y así lo han reconocido los responsables de varias de esas gestoras. "Si hubiera un cambio fiscal en la gestora tendríamos que reeditar nuestras estrategias de producto para incorporar los ETFs, más allá de fondos de fondos", apuntaba recientemente Miguel Artola, director general de Bankinter Gestión, en una entrevista con elEconomista.
En esta línea se sitúan también otras gestoras que están a la espera de que Tributos se pronuncie (desde el Ministerio de Hacienda prefieren mantenerse en silencio) y reafirme lo que dijo en aquella consulta de octubre de 2017, en la que reconocía que los ETFs comunitarios (no incluye los que cotizan en España) pueden tener el mismo tratamiento fiscal que el fondo. Una consulta que, por cierto, se ha encontrado con un rechazo frontal por parte de la banca, que teme que, a igual fiscalidad, los inversores prefieran ETFs, cuyos costes son sensiblemente inferiores, en lugar de sus fondos indexados con comisiones de gestión más elevadas. En este sentido, desde una gestora española avisan de que "si esta reforma sale adelante habrá que cambiar el modelo de negocio y facturación de las gestoras".
El negocio de fondos, se calcula, repercute vía retrocesiones a la banca "en torno a 2.500 millones de euros", según apuntan fuentes de la industria que están reuniéndose con Tributos por este tema.
De momento, desde Allfunds aseguran que ya están presentando a las entidades estas soluciones tecnológicas que han desarrollado para equiparar el tratamiento fiscal del ETF y el fondo. "Hemos tenido mejor acogida entre las entidades medianas y pequeñas, mientras que las grandes se muestran un poco más lejanas con este tema", aseguran desde Allfunds. Y aunque la plataforma se encuentra operativa desde el pasado 23 de marzo, de momento no se han hecho "operaciones con ningún agente externo, sino solo a nivel interno", añaden.
Hasta ahora, lo único que faltaba para que la mayor reforma fiscal sobre el ahorro en España se materializase era que las plataformas hicieran los desarrollos tecnológicos pertinentes. Sin embargo, a pesar de que Allfunds ya lo ha hecho (entre otros problemas, han tenido que resolver la gestión efectiva de los decimales en ETFs, las partidas fiscales asociadas a los traspasos así como la consolidación de fondos y ETFs a través de un único canal) no hay que olvidar que se trata de una plataforma institucional y los brókeres o distribuidores consultados por elEconomista aún no saben si podrán ofrecerlo al cliente retail.
El impulso de Mifid II
En paralelo, se espera que la nueva directiva europea sobre instrumentos financieros (Mifid II), en vigor desde el pasado 3 de enero, sea también un catalizador de la gestión indexada. La nueva regulación busca mayor transparencia, por lo que los bancos deberán revelar explícitamente a los clientes cuánto van a pagar en comisiones por su fondo de inversión. Y cuanta más transparencia de costes, más apetito habrá por los ETFs.
Además, Mifid II va a suponer un impulso para los fondos de fondos y, sobre todo, la gestión discrecional de carteras, uno de los dos modelos junto al asesoramiento independiente en el que se prohibirá el cobro de retrocesiones, comisiones que las gestoras ceden a las distribuidoras y que alcanzan el 63% del total que reciben por gestión, según la CNMV.
Fonditel tiene uno de cada 4 euros en ETFs
Según los datos de VDOS Stochastics, Fonditel, la gestora perteneciente al Grupo Telefónica, tenía a cierre del pasado año un 25% de sus activos invertidos en fondos cotizados, lo que equivalen a 74 de los 302 millones de euros que gestiona en total. Un proporción que, además, creció considerablemente durante el año pasado (un 77%): en 2016, según los datos de VDOS, invertía solo 42 millones. Fernando Aguado, director de inversiones de Fonditel, reconocía recientemente que "estamos muy expuestos a que el ciclo se dé la vuelta en cualquier momento", después de un 2017 "tremendamente excepcional, con el mejor binomio rentabilidad/riesgo de la historia", justificaba.