
La caída en el precio de muchos bonos ha arrasado con la rentabilidad del 56% de los más de 1.200 fondos que invierten en deuda... pero también hay quien sabe capear el temporal.
La marea en el mar de la renta fija empieza a subir con fuerza y sus efectos empiezan a ser visibles. Por lo pronto, las olas provocadas por unas condiciones climáticas más adversas, fruto de unas expectativas de inflación más altas, se han llevado por delante la rentabilidad del 56% de los más de 1.200 fondos de renta fija en euros que se venden en España según Morningstar -sin tener en cuenta las pérdidas registradas en los últimos días-. Entre sus principales víctimas figuran los fondos de deuda soberana, pero no son las únicas. Para salir ileso de estas aguas, dicen los que están acostumbrados a transitarlas, se necesita reorientar la estrategia hacia una más activa, que permita, por ejemplo, aprovechar la marejada (o volatilidad) para generar plusvalías por precio. Quienes las usan han llevado a sus fondos a buen puerto en enero y también en los últimos cinco años.
Acabar con una rentabilidad positiva en el primer mes del año, por contextualizar, no ha sido fácil a tenor de la caída que se ha producido en el precio de muchos bonos, que ha llevado a esos 1.200 fondos al alcance del inversor español a sufrir pérdidas medias del 0,11% en enero. Parte de ese saldo se debe a "la preservación de capital perseguida por muchos de ellos", dice el departamento de inversiones de Tressis, que "se cumple con resultados cercanos a cero". ¿Significa, entonces, que mejor olvidarse de la renta fija? No, porque, aunque se tienda a pensar lo contrario, también existe valor en ella.
"Los gestores somos como los agricultores: echamos la culpa al tiempo [a las condiciones del mercado]. Son excusas, pero claro que existe valor en la renta fija, lo que pasa es que el mercado no te lo regala", opina Rafael Varela, consejero delegado de Buy&Hold, gestora que posee uno de los diez fondos de deuda más rentable del año, B&H Renta Fija A, que despidió enero con una rentabilidad del 2,74%. "Desde 2012 lleva diciéndose que será un mal año, es evidente que alguno lo será, pero éste, en concreto, es un año de gestión". Pone algunos ejemplos de cómo crear valor: "Si el precio de un bono baja y tu estás corto tranquilo que ganarás, y si estás comprando una empresa en la que su solvencia va a mejorar y tienes claro el riesgo de crédito coge todo el que puedas... ¿cómo? eligiendo siempre el plazo más largo".
Para Enrique Lluva, gestor de otro de los fondos que mejor se comporta este año -Imantia Deuda Subordinada, que suma un 1,34% de rentabilidad a cierre del 29 de enero-, 2018 también será un año de gestión de riesgos: "Buscamos los que estén suficientemente remunerados". También recomienda trabajar con duraciones bajas, que puedan incrementarse tácticamente, y con posiciones cortas, como Varela, en aquellos activos más distorsionados por los bancos centrales, véase los bonos de gobiernos.
Es precisamente en éstos donde se empieza a sentir que sube la marea, aunque, en opinión de Chris Iggo, director de inversiones y responsable de renta fija de AXA IM, el aumento de sus rentabilidades "aún no es una derrota". No al menos hasta que se materialicen los cambios de política monetaria tan esperados del Banco Central Europeo o del Banco de Japón, porque hasta entonces el hambre de rendimientos en Europa y Japón "seguirán apoyando a los mercados de renta fija". Aunque a no toda por igual.
El apetito es por la deuda más rentable y menos por la más segura. De ahí que la rentabilidad del bono alemán a 10 años haya subido del 0,42% al 0,76% este año y la del español haya bajado del 1,56 al 1,47%, estrechando la prima de riesgo, que mide la diferencia en el rendimiento de ambos, a los 70 puntos, niveles no vistos desde 2010. Conviene no olvidar, no obstante, que el telón de fondo, ese en el que se vislumbra ya la normalización de la política monetaria en Europa, no ha cambiado.
"En deuda soberana se pueden lograr beneficios vía futuros y en ningún caso comprando el bono directamente", explica Gonzalo Ramírez Celaya, director de renta fija de Tressis, ya que "pensamos que la curva se va a positivizar y será el momento de seguir vendiendo futuros". El mensaje de Lluva, de Imantia, a los particulares que se plantean qué hacer con la deuda soberana europea va un paso más allá: "Aplicando la máxima de no te pongas nunca en frente de un banco central", dice, "vendería mis activos en soberanos europeos en la seguridad de comprar más barato". De lo contrario, uno se arriesga a sufrir las pérdidas del 3,6% que genera ya el americano en 2018, después de que su interés supere el 2,8%.
Precisamente ese final de los estímulos y "un comportamiento negativo del crédito", explica Gabriel Pañeda, gestor de renta fija de Mutuactivos, otra de las que gestoras que coloca uno de sus fondos entre los más rentables de 2018 (Mutuactivos Bonos Suborninados II), "pueden elevar la volatilidad y abrir oportunidades interesantes. Actualmente contamos con niveles de liquidez elevados, que reduciremos aprovechando las oportunidades que surjan", apunta.
Los fondos que te salvan
Algunos de los fondos de renta fija que mejor se comportan este año, entre los que son accesibles para el particular, carecen de comisión de entrada y tienen, al menos, una antigüedad de cinco años con ganancias en todos ellos, invierten en algunas de las áreas que parten como favoritas este año. De los diez seleccionados en base a estos criterios, dos invierten en deuda subordinada, ver gráfico. Es uno de los segmentos que, en opinión de Tressis, tiene posibilidades de comportarse bien este ejercicio, además de los bonos flotantes que protejan frente a un repunte de los tipos o la inflación, las titulizaciones hipotecarias para ganar exposición al mercado inmobiliario o la renta fija de mercados emergentes (en mayor medida la denominada en moneda local).
"Los inversores suelen ver los bonos de los mercados emergentes como más arriesgados", explican en Deutsche Bank AM. Sin embargo, prosiguen, "si se compara la volatilidad de los precios de los bonos seguros como el alemán o americano con la de los bonos soberanos comparables emitidos por los gobiernos de los mercados emergentes, surge una imagen algo extraña". Y no es otra que los bonos del Tesoro de Estados Unidos han sido más volátiles que los bonos de fecha similar emitidos en dólares estadounidenses por varios mercados emergentes. "Lo mismo ocurre si se compara el Bund alemán con los bonos soberanos polacos denominados en euros. Y eso es así a pesar de los rendimientos significativamente más altos que siguen ofreciendo los bonos de los mercados emergentes", matizan.
Con nombres y apellidos, el fondo más rentable este año de los que cumplen las condiciones anteriores es uno comercializado por Amundi: Amundi Fds Bd Global FHE-C, que se revaloriza un 2,6% -a cierre del 29 de enero, la misma que se ha seleccionado para poder comparar la evolución de todos los productos- frente al 0,63% que de media pierde su categoría, la de renta fija global. Según la última cartera disponible en Morningstar, su mayor posición está construida en un bono de México con cupón del 6,5%, que representa un 6,46% de su cartera; aunque también cuenta con deuda pública de Brasil con cupón al 10% o con un bono corporativo de Petróleos Mexicanos con cupón del 4,25% entre sus diez mayores posiciones.
El resto de fondos seleccionados obtiene rentabilidades que van del 0,7% al 2,39% (ver gráfico). Ese 2,39% pertenece a UBS Corto Plazo Euro, calificado con cinco estrellas Morningstar. Sus principales inversiones, según los últimos datos disponibles, se encuentran en bonos del sector bancario -que, como en bolsa, también lo han hecho bien recientemente-, como Bankia, Ibercaja, Société Génerale o Rabobank.
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