
Si los especuladores cerraron el año 2017 con su mayor apuesta alcista por el euro desde 2007, este ejercicio no ha empezado de forma diferente. Según los datos de la CFTC (La Comisión de Transacciones de Futuros de Materias, por sus siglas en inglés), la posición neta compradora de futuros no comerciales sobre la divisa alcanzaba el 2 de enero los 128.000 contratos, por encima del anterior récord de 119.538 contratos.
Aunque la divisa común cae hoy con fuerza por debajo de los 1,20 dólares, el euro arrancó el ejercicio con fuerza, tanteando los máximos alcanzados en septiembre de 2017 en los 1,2092 dólares. En concreto, en los altos del 4 de enero llegó hasta los 1,2089 billetes verdes hasta darse la vuelta.
Precisamente, un euro alcista es una de las amenazas que se ciernen sobre el fulgurante inicio de año que ha vivido la renta variable de la eurozona. En este sentido, en UBS calculan que una apreciación del 5% en la divisa común frente a una cesta de divisas ponderadas borra entre el 2% y el 3% del beneficio por acción.
En 2017 el euro fue alcista frente a las 16 mayores divisas mundiales. Por el contrario, en 2018 trece de estas se han revalorizado frente a la moneda única y seis de ellas (dólar taiwanés, neocelandés, canadiense, corona noruega, el real y el peso) suben más de un 1% frente al euro. Por el contrario, solo el rand, el yen y el franco suizo se han depreciado marginalmente.
Las previsiones para este año
A pesar de este tímido comienzo de año, las perspectivas apuntan a que el euro podría seguirse revalorizando -al menos frente al dólar- toda vez que el único camino que se vislumbra para el Banco Central Europeo (BCE) es el de seguir retirando los estímulos y la gradual normalización monetaria al otro lado del Atlántico ya está más que descontada.
"El dólar ya no está respondiendo a las subidas de tipos de la Fed porque ya se puso en precio casi toda la salida del QE. La cesta ponderada del dólar se fortaleció un 25% desde que el ciclo de endurecimiento de las políticas de la Reserva Federal comenzó en 2013. En contraste, el euro solo se ha apreciado un 10% desde que empezó el BCE, sugiriendo que la sensibilidad a los movimientos de política monetaria continuará siendo mayor que la de la Fed", explican en Deutsche Bank.
En concreto, el consenso espera que el euro acabe el año en los 1,22 dólares, un 2% por encima del nivel actual. Con todo, las previsiones más optimsitas apuntan a que alcance los 1,32 billetes verdes, una apreciación de más del 10%. Mientras, para el próximo ejercicio los analistas estiman otra ligera subida, hasta los 1,25 dólares.
"El sólido crecimiento de la zona euro, que genera confianza en la capacidad del Banco Central Europeo para gestionar riesgos políticos, el excedente de cuenta corriente elevado y en auge, y las moderadas subidas de los tipos de interés de Estados Unidos deberían apuntalar el euro durante el próximo año y más adelante", concluyen en UBS.