
En el año 1996 el escritor estadounidense Daniel Quinn, preocupado por el cambio climático, usó la parábola clásica de la rana hervida para denunciar el proceso de calentamiento global. Esta metáfora explica que si se deja una rana en una olla hirviendo el animal intentará huir inmediatamente, mientras que si se depositara en una cacerola con agua fría y esta se va calentando paulatinamente el anfibio se encontrará tan cómodo a medida que el agua se calienta que se dejará cocer sin oponer resistencia.
Más allá de la veracidad del cuento -desde hace cientos de años se han realizado experimentos y algunos científicos han asegurado que era cierto y otros que no-, los analistas de Société Générale han usado esta historia para evidenciar la complacencia del mercado de renta variable al otro lado del Atlántico.
"Las dinámicas actuales ponen a la bolsa estadounidense en un riesgo similar al de la rana. En un escenario de bajos tipos de interés, abundante liquidez, crecimiento estable y el foco puesto en los puntos positivos de Trump, los inversores continúan empujando los precios de los activos, la volatilidad y el endeudamiento a extremos históricos", advierten desde la entidad francesa.
De modo general, los expertos no consideran que el mercado esté en una burbuja ni haya entrado en un proceso de euforia desmedida, pero sí que advierten de que se encuentra en una encrucijada, en la que podría entrar en un proceso de exuberancia racional o irracional.
"Durante los próximos 12-18 meses no esperamos que sobrevenga un crash o una crisis", explican en Société Générale. No obstante, sí consideran que "el S&P 500 muestra un perfil riesgo/recompensa asimétrico a partir de este momento" y esperan "un movimiento de precios plano desde ahora".
Nueve años de mercado alcista han catapultado al índice norteamericano desde los 676,5 puntos en los que se encontraba en marzo del año 2009 hasta los 2.627 puntos en los que cotiza ahora. Esta subida, de cerca del 290%, constituye el segundo mercado alcista más largo en el tiempo en la historia de EEUU y el tercero con mayor rentabilidad.
A pesar de que Donald Trump ha tenido serias dificultades para llevar a cabo las reformas prometidas -ni siquiera está confirmada la reforma fiscal que impulsaría los beneficios empresariales-, el selectivo norteamericano ha acumulado una subida del 23% desde su elección y de más del 17% en el año.
"La parte mala de Trump ha sido limitada hasta ahora a la atención negativa por parte de la prensa. ¿Es esto una señal de la reticencia de los inversores, o de su incapacidad, como la rana, para percibir las amenazas?", se preguntan desde Société Générale.
Las valoraciones
Aunque los beneficios empresariales en Estados Unidos se encuentran en máximos históricos, la subida de los índices ha sobrepasado a la de las ganancias, lo que implica una expansión de los múltiplos que ha llevado el PER (veces que se recoge el beneficio en el precio de la acción) de la bolsa americana hasta las 23,4 veces, su nivel más alto desde los picos de la crisis económica.
Por valor en libros, los mercados norteamericanos cotizan en 3,2 veces su valor contable, una circunstancia que se explica por las altas rentabilidades logradas sobre el capital -de algo más del 15%-, pero que supone alcanzar niveles no vistos desde el arranque del milenio.
"Las acciones estadounidenses están caras como un conjunto", explican desde Société Générale. A pesar de la elevada contribución de la tecnología a la escalada desde feberero de 2016, no solo se han expandido los múltiplos de este sector. Excluyendo esta industria, el PER del índice está en 22,5 veces y cotiza a 2,8 veces su valor contable. "Desde una perspectiva de valoración no vemos un gap extraordinario entre las ratios incluyendo o excluyendo estos sectores", resaltan en Société Générale.
Con todos estos ingredientes, en el banco galo estiman que el selectivo estadounidense acabará el año que viene en los 2.500 puntos, lo que supondría una caída del 5% desde los nvieles actuales. Mientras, para 2019 prevén un retroceso hasta los 2.000 puntos, lo que implicaría un retroceso del 24% desde el precio actual y del 20% desde el nivel esperado para 2018.