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Si quiere invertir en el sector, olvídese del coche eléctrico

El negocio del 'software' y 'hardware' para sistemas de conducción asistida y coches autónomos superará los 144.000 millones de dólares en 2025, según Juniper Research. Un crecimiento con el que ganarán aquellas empresas que suministran estos sistemas, como Delphi Automotive.

Tanto el coche eléctrico como el coche autónomo han abierto una vía muy interesante no sólo de innovación, sino también de inversión. Motivos medioambientales, de seguridad o comodidad han llevado al sector a embarcarse en un viaje que tiene una importante parada en Silicon Valley. No son pocos los grandes fabricantes que han anunciado su apuesta por el coche sin combustión. Firmas como BMW, Volkswagen y Toyota esperan que en 2020-2025 el coche eléctrico represente un 25 por ciento de su cuota de mercado. Sin ir más lejos, esta semana Volvo ha confirmado que abandona el desarrollo de motores diesel. Como no, en este apartado es imperativo hablar de Tesla, dedicada única y exclusivamente a la fabricación de automóviles eléctricos.

Sin embargo, aún está por demostrar la viabilidad del negocio, ya que aún no ha logrado generar beneficio y, según las previsiones, no lo conseguirá hasta 2019 (ver información anterior).

Por ello, son varios los expertos que creen que el coche eléctrico no es la mejor opción para invertir en la innovación del automóvil. Es el caso de Fidelity, que apunta a que las mejores oportunidades se dan "en tecnología autónoma. Se trata de aquellas empresas que suministran los sistemas de conducción semiautónomos y todos los componentes individuales que ello requiere: sensores, mapas, integradores de sistemas...".

Una hipótesis que tiene su lógica si se tiene en cuenta que no es necesario que un coche sea eléctrico o se conduzca solo para que incluya ciertas innovaciones como control de velocidad, mapas integrados o sensores de movimiento. De hecho, el negocio del software y hardware para sistemas de conducción asistida y vehículos autónomos superará los 144.000 millones de dólares en 2025, según Juniper Research.

Adaptarse o morir

En este contexto, destaca Delphi Automotive que produce componentes eléctricos y electrónicos para la industria. Ya el año pasado la firma dio pistas de algunas de las líneas en las que pensaba trabajar, como que los coches estén conectados con la infraestructura que les rodea para saber, por ejemplo, el estado de los semáforos.

La firma, que se independizó de General Motors en 1999, es una historia viva de superación. En 2005 se declaró en quiebra y cuatro años después resurgió como una nueva empresa que ha encandilado a propios y a extraños. Así lo demuestra el hecho de que luce una de las mejores recomendaciones de compra del sector. Además, entre 2016 y 2019, se prevé que su beneficio crezca más de un 70 por ciento, cifra que iría acompañada de un bajo endeudamiento. El compromiso de Delphi con la tecnología quedó patente hace unos meses cuando anunció el spin-off (escisión) de su división powetrain (vehículos de motor) para centrarse en el desarrollo de sistemas de conducción autónoma y vehículos eléctricos.

Fabricar el cerebro del coche

Cámaras, sensores, radares... Los coches del futuro necesitarán cada vez más componentes tecnológicos y en ese puzle una de las partes más importantes serán los circuitos integrados o, lo que es lo mismo, el cerebro del automóvil. Por ello, los fabricantes de estos sistemas estarán en la pole position. En este punto destacan empresas como Infineon Technologies o Nvidia.

La primera de ellas ya fabrica y comercializa semiconductores para la industria automovilística, mientras que la segunda se centra principalmente en la electrónica de consumo. No obstante, no ha pasado por alto el potencial del coche autónomo y ya el año pasado presentó su chip Nvidia Parker para coches que, entre otras características, es capaz de soportar hasta 12 cámaras mandando información a la vez. Aunque los expertos aconsejan mantener sus acciones en cartera, la evolución de sus beneficios cuenta con perspectivas más que positivas, ya que se prevé una mejora del 67 por ciento entre 2016 y 2019. Además, dispone de caja que, según los analistas, superaría los 3.000 millones de dólares este año.

En el caso de Infineon Technologies su trayectoria la ha situado en una buena posición para aprovechar el tirón de las tecnologías autónomas o semiautónomas. Para JP Morgan, "la acción seguirá ascendiendo dado el crecimiento a largo plazo de la compañía, a la mejora de márgenes y a su buena posición en áreas de crecimiento".

A este respecto, los expertos aconsejan comprar los títulos de la firma germana al tiempo que esperan un aumento de su beneficio del 60 por ciento hasta 2019. En lo que llevamos de ejercicio sus acciones han escalado más de un 13 por ciento, pero cuenta con un potencial de más del 8 por ciento.

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