
Desde que marcó mínimos del año, el barril de Brent -el de referencia en el Viejo Continente- ha logrado recuperar un 10%, hasta situarse por encima de los 53 dólares. A pesar de esta subida, en lo que va de año aún desciende un 6%. Las últimas alzas en el precio del crudo han venido acompañadas de una más que posible extensión en el recorte de producción de la OPEP, pero algunas voces advierten de que esto puede no bastar para lograr cumplir sus objetivos.
Durante la guerra de precios del petróleo, los productores y Rusia lograron incrementar la producción en 4 millones de barriles diarios, lo que les permitió ganar cuota de mercado con respecto a otros países como Estados Unidos y China. Sin embargo, esta táctica no ha constituido un éxito y ahora la OPEP se está encontrando en la tesitura de tener que extender los recortes de producción para intentar lograr el ansiado balance entre oferta y demanda.
"Ahora la OPEP tiene tres opciones: mantener, recortar o aumentar la producción", señalan desde Bank of America Merrill Lynch. "¿Qué será lo que haga el cartel? En nuestra opinión, extenderá los recortes y fingirá que todo está bien", concretan desde la entidad americana.
Sin embargo, no todo va viento en popa para los productores de petróleo. La recuperación del shale oil en Estados Unidos ha sido de manera recurrente más fuerte de lo que ha esperado la organización.
"El mercado se ha dado cuenta durante las últimas semanas de que los precios del crudo entre 55 y 57 dólares son demasiado atractivos para la industria del fracking y, a medida que el número de pozos abiertos aumentaba, los inversores se desprendieron de sus posiciones largas", explica el equipo de análisis del banco.
"Hemos advertido durante años de que la OPEP ha perdido su poder para fijar precios", aseveran desde Commerzbank, donde recuerdan que "el sector del shale en EEUU se ha establecido como el mayor impulsor de la producción, reaccionando a los precios mediante aumentos o incrementos de la misma y siendo capaz de influenciar los precios de manera sensible".
¿Sin solución?
Ante esta situación, en la que los productores de petróleo han perdido el control sobre el mercado, los analistas creen que no están en posición de lograr una solución permanente. La opción más clara para estrangular la producción de shale oil sería elevar su propia producción para mandar el precio del crudo a niveles más bajos, lo que haría que los pozos del fracking dejasen de ser rentables.
"En nuestra opinión, ni Arabia Saudí ni la mayoría de los miembros del cartel pueden permitirse este escenario. Muchos de ellos ya tienen importantes déficits con el crudo en estos niveles, por lo que una caída de 10-15 dólares por barril sería devastadora", inciden en BofA.
Tampoco una extensión del recorte de la producción -que parece ser la opción más probable- lograría una solución a largo plazo: "Ciertamente, podría enviar los precios un poco más altos en la segunda mitad del año, pero es improbable que logre un éxito mayor del logrado con los recortes que se han implementado hasta ahora", indican en Commerzbank.