
La fusión de Tesla y SolarCity puede acarrear problemas al imperio liderado por Elon Musk. Bank of America Merrill Lynch ha recortado sus precio objetivo sobre el fabricante de coches eléctricos afirmando que la "viabilidad a largo plazo" de la compañía está en riesgo tras la compra del fabricante de paneles solares.
De ahí que el banco haya rebajado hasta los 165 dólares el precio que alcanzarán las acciones de Tesla en los próximos 12 meses y que implica una caída de más del 46% en la capitalización bursátil de la compañía si tomamos como referencia los niveles actuales de sus títulos, que el martes subían casi un 2% hasta los 313 dólares.
"Creemos que la adquisición de SolarCity introduce riesgos materiales a la viabilidad a largo plazo para Tesla, mientras que el reciente aumento de capital sólo sirve para diluir el valor potencial para los accionistas", explicó el analista de BoAML, John Murphy, en un informe distribuido entre sus clientes. La compañía de Musk cuenta en estos momentos con una recomendación de infraponderar por parte de los expertos del banco.
Según los cálculos realizados por Murphy, Tesla registrará pérdidas en el conjunto del año por valor de dos dólares por acción, frente a la pérdidad de 25 centavos previamente estimados, debido al impacto que la absorción de SolarCity tendrá en sus cuentas. Este analista avisa que esta operación "exacerbará el grave problema en la quema de efectivo que sufre Tesla, al menos a corto plazo".
Al mismo tiempo se anticipa que la compañía combinada seguirá en gran medida dependiendo del negocio automovilístico de Tesla con un 84% de los ingresos totales y un 97% de los beneficios brutos apoyándose en las ventas de coches eléctricos de la compañía. Eso ocurre en un momento en que Murphy considera que el Modelo S de la compañía ha tocado techo.
"Sin un Modelo S totalmente renovado o de próxima generación, pensamos que Tesla podría ver como los volúmenes de este vehículo se desvanecen, incluso si los precios bajan", advierte el analista de Bank of America quien pone de manifiesto que "los accionistas parecen estar en un segundo plano" para Musk.
Tesla, que pagó 2.600 millones de dólares por SolarCity, continua enfrascada en la integración vertical de sus operaciones de energía en un momento en que la compañía ha conseguido recaudar capital anualmente sin grandes problemas desde 2008. Sin embargo, dadas las circunstancia, Murphy considera que es poco probable que los accionistas sigan apoyando a Musk de forma permanente si estas inversiones no generan beneficios relativamente pronto.