
El boom que protagonizó la gestión pasiva a lo largo de 2016 no solo provocó que las suscripciones netas de estos fondos superaran en más de seis veces las obtenidas por los fondos activos. También provocó un cambio en el ranking de la gestión mundial. Al menos así se desprende del Informe Global Assets Flows elaborado por Morningstar, que ya sitúa a BlackRock como la segunda mayor gestora del mundo.
Según el informe el crecimiento de la rama de negocio de gestión pasiva que Black Rock tiene a través de la marca Ishares, permitió que la gestora de Larry Fink cerrara 2016 como la segunda mayor del mundo en activos bajo gestión al alcanzar los 2,07 billones de dólares. Una cifra que aún se queda muy lejos de los 3,7 billones de dólares que gestiona Vanguard, gestora pasiva por excelencia, pero que le permite superar los 1,98 billones de Fidelity, que sigue siendo la mayor gestora activa del mundo.
El nuevo ranking
Los datos del informe dejan claras dos cosas. La primera es el auge que ha tenido la gestión pasiva en todo el mundo, que en EEUU, el mercado donde esta tendencia está más desarrollado, el gap entre los flujos de gestión pasiva y activa haya alcanzado máximos históricos. No en vano, los fondos pasivos recibieron entradas netas por valor de 492.000 millones de dólares frente a los reembolsos de 204.000 millones que sufrieron los fondos activos. Esto ha provocado que en el porcentaje de gestión pasiva sobre el total haya alcanzado en este mercado el 41% del total en renta variable y el 27% en renta fija. Pero la tendencia ha llegado también a otros mercados como el asiático o el europeo. De hecho, en este último, el porcentaje de la gestión pasiva sobre el total en renta variable alcanza ya el 25% y en renta fija el 11,9%.
Evolución de las suscripciones
La segunda foto que deja 2016 es la preferencia de los inversores a nivel mundial por los fondos de renta fija. Así, estos productos de deuda acumularon suscripciones netas por valor de 412.000 millones de dólares, lo que supera en un 184 por ciento los 145.000 millones de 2015. Todo lo contrario sucedió con los fondos de renta variable que cerraron el ejercicio con reembolsos netos por valor de 33.000 millones de dólares, cuando un año antes habían amasado 346.000 millones de dólares en entradas netas de dinero. Las causas, según Alina Lamy, analista de Morningstar se deben a que "los inversores están reaccionando a este entorno turbulento volviendo a lo básico, buscando activos con menos riesgo, posicionando sus carteras ante la expectativa de subida de tipos de interés, o vendiendo acciones después de un período significativo de subidas. Más específicamente, las estrategias de renta fija registraron los mayores flujos a nivel mundial en 2016 y los fondos de materias primas experimentaron una alta tasa de crecimiento orgánico, con los mayores flujos de entrada a la categoría de metales preciosos".
Sin embargo esa preferencia por la renta fija parece haber mudado en estos primeros meses del año, al menos en los inversores españoles ya que según Inverco, las salidas vistas en febrero son las mayores desde julio de 2015-.